Identifican el mecanismo de acción de los genes responsables de la «revolución verde»

El gran aumento de la producción agrícola en los años 60 se debió a una mutación genética en las plantas
Por EROSKI Consumer 25 de enero de 2008

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto cómo funcionan los genes que posibilitaron el desarrollo de nuevas variedades agrícolas más productivas en la década de los 60, lo que se conoció como la «revolución verde». Mutaciones en los genes DELLA fue lo que dio lugar a esta revolución. Estos genes son represores de las giberelinas, unas hormonas claves para el desarrollo vegetal ya que regulan el crecimiento de las plantas.

La investigación, realizada con la «Arabidopsis thaliana», desvela cómo una planta es capaz de integrar las señales endógenas de las giberelinas y las ambientales, como la luz, y traducirlas en una respuesta fisiológica, como el crecimiento del tallo, el desarrollo de una flor o la germinación de la semilla.

«Si la planta no sintetiza giberelinas, en el núcleo de cada célula se acumulan las proteínas represoras llamadas DELLA, que actúan como un lastre o freno sobre otras proteínas. En concreto, su función consiste en impedir la correcta actividad de los promotores del crecimiento, como el factor de transcripción PIF4, que también está regulado por la luz», explica Salomé Prat, responsable del estudio.

El factor de transcripción PIF4, que integra la regulación de la doble señal hormonal y lumínica, se acumula en la oscuridad, en los brotes de semillas recién germinadas bajo tierra. Su acción provoca que el tallo crezca rápidamente hasta alcanzar la superficie iluminada, donde la luz lo desactiva. Las proteínas DELLA participan también en este proceso, de modo que aseguran que el crecimiento del tallo, la floración y la germinación tengan lugar en la estación y entorno adecuados.

Prat cree que este descubrimiento «permitirá conseguir variedades de plantas en las que su cultivo a elevada densidad deje de ser un inconveniente», como ocurre con los tomates de invernadero, donde se requiere una separación mínima entre las plantas para que no compitan por la luz. Además, podría servir para obtener árboles que no requieran ser plantados en zonas sombreadas, con el objetivo de que su tronco sea más largo y sin ramas.

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