La Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) ha aprobado la comercialización de desfibriladores portátiles sin receta médica y para uso casero para tratar de prevenir muertes provocadas por infartos.
Esta autorización se debe, en parte, a que varios estudios estiman que sobre el 80% de los casos de paro cardíaco ocurren en el hogar y muchas veces terminan con la muerte del enfermo. Si el choque eléctrico de los desfibriladores se aplica a los cinco minutos del paro cardíaco, se logra salvar la vida al 50 por ciento de las víctimas, según ha declarado una portavoz de Philips Medical Systems, empresa que fabrica los desfibriladores. Este aparato también se utiliza en muchos gimnasios, aeropuertos y centros comerciales de este país.
La FDA ha tomado esta decisión tras escuchar una recomendación de su comité asesor de eliminar la necesidad de permiso médico debido a que se determinó que esas máquinas pueden usarse sin problemas.
Desfibrilador portátil
El año pasado las autoridades sanitarias de Estados Unidos ya aprobaron el uso de un desfibrilador portátil que se puede llevar sobre el cuerpo, que consiste en un cinturón de electrodos que se lleva en torno al pecho y en contacto con un monitor que activa un sistema de alerta que está en la cintura.
En caso de que el aparato note un ritmo cardíaco irregular que pudiera poner en peligro la vida del paciente, emite una descarga eléctrica.