La localidad cántabra de Santoña contará en 2005 con la primera planta de energía de oleaje de Europa

Una red de diez boyas distribuidas en 2.000 metros cuadrados proporcionará electricidad para 1.500 hogares
Por EROSKI Consumer 7 de abril de 2004

La primera planta eléctrica de Europa alimentada por el oleaje del mar funcionará en Santoña (Cantabria) a mediados de 2005. Una red de diez boyas distribuidas en un espacio de 2.000 metros cuadrados proporcionará toda la electricidad que consumen 1.500 hogares de la localidad cántabra.

Se trata de un proyecto piloto impulsado por la compañía Iberdrola, que ha firmado un acuerdo con la empresa estadounidense Ocean Power Technologies (OPT). La firma, creadora de las «PowerBuoys» o boyas eléctricas, está construyendo otra planta con este sistema en una base de la Marina estadounidense en la isla de Oahu, en Hawaii.

Aprovechar la energía del mar es una vieja idea y existen varios métodos que utilizan las olas como fuente. Pero el de OPT «tiene claras ventajas respecto a otros sistemas basados en el aprovechamiento de la energía de las olas», explica Roberto Legaz, director de Desarrollo de Energías Renovables de Iberdrola y responsable del proyecto de Santoña. «La principal es que no tiene impacto visual alguno. Sobre la superficie sólo se ven las balizas que señalan la presencia de las boyas».

Método seguro

El sistema se basa en la conversión de la energía mecánica de las olas en corriente eléctrica. Para ello se utilizan unas boyas ancladas al fondo marino, las «PowerBuoys». La oscilación de las olas, que frente a Santoña varía entre 1 y 5 metros, hace que las boyas se eleven y desciendan sobre una estructura similar a un pistón, en la que se instala una bomba hidráulica. El agua entra y sale de la bomba con el movimiento, e impulsa un generador que produce la electricidad. La corriente se transmite a tierra a través de un cable submarino. «Otra ventaja es que no necesita motores lineales, sino que dispone de motores trifásicos convencionales», detalla Legaz. «Además, al estar sumergido es un sistema más seguro, que no corre peligro; y tiene una mayor durabilidad».

La planta de Santoña se encontrará a una milla marina, algo más de un kilómetro, del faro del Pescador. Las diez boyas ocuparán un área de 100 por 20 metros y estarán ancladas a un fondo situado a treinta metros. La potencia inicial de cada unidad será de 125 kilovatios, la misma que producían los primeros generadores eólicos instalados en España, que podrá aumentar a 250 kilovatios. El presupuesto de partida del proyecto es de 2,66 millones de euros, y correrá a cargo de la sociedad promotora formada por Iberdrola, que participa con un 70%, OPT, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) y la Sociedad para el Desarrollo de Cantabria (Sodercan).

Roberto Legaz señala que el impacto ambiental es mínimo. «De hecho, bajo la superficie se va a crear un microambiente vivo», subraya. Las boyas actúan como una especie de arrecife artificial y atraen a numerosas especies marinas. No afectan a la pesca y no suponen un peligro para los bañistas, pues todos los dispositivos que generan y transmiten la electricidad están aislados para evitar cualquier pérdida de corriente.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube