El Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña ha puesto en marcha un banco pionero de leche materna dirigido a bebés prematuros extremos que necesitan fortalecer su sistema inmunitario para combatir infecciones generales y sus madres no pueden amamantarlos. La leche materna es el mejor alimento que puede recibir un bebé, ya que es mucho más completa que cualquier otra alternativa, es inocua y contiene proteínas, anticuerpos y grasas que garantizan el crecimiento y protegen al lactante de las dolencias más frecuentes, como la diarrea y la neumonía, ha explicado la directora del banco, Gemma Valeta.
El Banco de Leche Materna de Cataluña, que se basa en la donación altruista de leche de madres que cuentan con un excedente de la misma, empezó su actividad hace tres meses. Por el momento, ha recogido 100 litros de leche -de 50 donantes- y, a la espera de generalizarse, se ha empezado a suministrar en el Instituto Universitario Dexeus y en el Hospital Sant Pau de Barcelona. Las madres facilitan la leche al banco en recipientes estériles con el día y la hora de extracción, y posteriormente la reservan en la nevera un máximo de un día y proceden a congelarla en su casa -a un mínimo de -20 grados- y un máximo de tres meses, en que el banco pasa a recogérsela.
El banco realiza a continuación un análisis de la leche para detectar virus y bacterias y clasificarla en tres tipos: calostro, transición y madura, ha reseñado la directora del Banco de Leche Materna, quien ha apuntado que la leche también se ha demostrado beneficiosa para el desarrollo neurológico y visual. Después se inicia el proceso de pasteurización en botellines de biberón, que consiste en someter la leche a una temperatura de 62,5 grados durante media hora para matar virus y bacterias y mantener las propiedades de la leche, y de forma brusca cambiar la temperatura a cuatro grados durante 10 minutos, ha proseguido la bióloga.
Una vez culminada esta fase, se almacena la leche en congeladores a -80 grados de temperatura, a la espera de que un neonatólogo prescriba la leche a un bebé prematuro. Cada año nacen 685 bebés prematuros extremos, aunque la mayoría pueden ser amamantados por sus madres. Esta leche se prescribe como un tratamiento provisional que se dispensa en el hospital y que puede durar desde algunas horas -las primeras después del parto- o los días y semanas que el neonatólogo considere oportuno.
Valeta ha destacado la «gran implicación» de las madres donantes, que se enteran de la iniciativa mediante el boca a boca, las maternidades y asociaciones profesionales del ramo. Para ser donante hay que amamantar en esos momentos a un bebé propio, tener suficiente leche, presentar buena salud y llevar a cabo hábitos de vida saludables. Se descartan fumadoras, consumidoras de alcohol, mujeres que se medican de forma regular, consumen drogas y tienen infecciones víricas como la hepatitis y el VIH.