Cuatro de cada diez adolescentes sufren dolor lumbar

A pesar de ello, sólo el 10% de los afectados necesitaría tratamiento
Por EROSKI Consumer 4 de marzo de 2009

Un 40% de los adolescentes tiene dolor lumbar, al menos, una vez al mes, según un estudio liderado por investigadores catalanes y dado a conocer por el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC). Además, únicamente el 35% de ellos no ha tenido ningún tipo de dolor en el último mes. No obstante, la repercusión real de este dolor es mínima en el 90% de los casos.

Estos científicos han analizado la prevalencia del dolor lumbar en España y han examinado si este malestar tiene repercusión en la calidad de vida de los adolescentes.Para ello entrevistaron a 1.470 chicos de 14 a 15 años.

Los resultados muestran que, del porcentaje de adolescentes afectados por dolor lumbar, para un 90% esta dolencia no tiene ninguna repercusión funcional. «La conclusión a la que hemos llegado es que el dolor lumbar aislado es muy común entre los adolescentes, pero tiene escasa repercusión en su calidad de vida. Es distinto el dolor lumbar en un adolescente al que le duele todo el cuerpo, entonces sí tiene un impacto en su vida. Esta situación, observada en un 10% de los participantes, es más común en las chicas que en los chicos», explicó Ferrán Pellisé, autor principal del estudio y médico de la Unidad de Columna en el Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona.

Sólo un 35% de los jóvenes encuestados no sintió ningún tipo de dolor en el último mes, lo que supone que el 65% de los adolescentes reconoce que ha tenido dolor recientemente. «El dolor, dentro de unos parámetros razonables, es una experiencia habitual en la vida de una persona sana. Quizá, el riesgo de decir esto es minimizar posibles casos graves, por lo que hay que ser muy prudente con los resultados obtenidos», puntualizó el investigador.

Pese a estos resultados, Pellisé considera que no se debe crear alarma social, ya que el impacto real del dolor lumbar es bajo en el 90% de los casos. «En esta población (los adolescentes), por tanto, no habría que tomar ninguna medida restrictiva, sólo estimularles para que sigan haciendo vida normal y no medicalicen un problema que quizá no tiene tanta importancia. Sólo tendríamos que tratar a ese 10% restante», concluyó.

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