Defensor del Paciente denuncia experimentos con el fármaco Lipobay en pacientes de hospitales españoles

Los enfermos tomaron este medicamento incluso después de que se comprobaran sus riesgos para la salud
Por EROSKI Consumer 10 de noviembre de 2001

La Asociación del Defensor del Paciente (ADEPA) denunció ayer la utilización de pacientes de hospitales españoles como «cobayas» para experimentar con el medicamento Lipobay de la firma Bayer, prohibido tras la demostración de los efectos secundarios en personas que recibían una terapia contra el colesterol. Para la Asociación, lo más grave es que los usuarios de la Sanidad siguieron recibiendo Lipobay después de que se comprobara que esta sustancia suponía un riesgo para la salud.

La Asociación que representa a los enfermos denunció la utilización de este producto farmacéutico en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid y en el Carlos Haya de Málaga. ADEPA ha dicho que acudirá a los juzgados de Madrid para presentar una denuncia por un presunto delito contra la salud pública cometido por el Ministerio de Sanidad. La presidenta de la Asociación, Carmen Flores, reclamó explicaciones de los altos cargos de la Administración y, sobre todo, de la ministra Celia Villalobos.

«Los pacientes se quejaban de dolores musculares mientras eran tratados con Lipobay y los médicos les decían que no se debían a ese medicamento, simplemente porque querían experimentar en sus ensayos hasta dónde llegaba el perjuicio que causaba el fármaco», declaró Carmen Flores, presidenta de ADEPA. Los ensayos sólo cesaron en el Hospital Clínico, donde 26 pacientes recibieron ese tipo de tratamiento a partir del 8 de agosto, fecha en la que la Agencia Española del Medicamento tomó el acuerdo de suspender temporalmente la comercialización de las especialidades que contenían el principio activo cerivastatina. Carmen Flores afirmó que previsiblemente esta utilización de los pacientes como «cobayas humanas» se realizó no sólo en los hospitales de Valladolid y Málaga mencionados sino en otros centros.

Uno de los pacientes que recibió este tratamiento explicó que en el año 2000 le aconsejaron una dieta mediterránea para rebajar el colesterol y que desde febrero del 2001 el médico le recetó comprimidos de cerivastatina. Asimismo, contó que «un día» el médico sacó de un armario unas pastillas «para tomármelas directamente». El paciente comenzó a padecer fuertes dolores musculares a las dos semanas, pero el facultativo no lo justificó en el fármaco. Según la Asociación, la Administración y el laboratorio estaban «confabulados».

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube