Las últimas existencias de harinas cárnicas que se almacenaban en depósitos de incineración holandeses ya han sido eliminadas, según aseguró el Ministerio de Agricultura holandés. La destrucción de estas harinas es de obligado cumplimiento en toda la Unión Europea (UE) tras la aparición de los primeros casos de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) o mal de las «vacas locas». La alimentación del ganado con harinas cárnicas es una de las causas de la EEB, según los expertos.
La incineración, finalizada el pasado 26 de noviembre, ha corrido a cargo de la empresa de destrucción Rendac. Actualmente, la capacidad de transformación holandesa supera la oferta de harina animal, lo que supone la posibilidad de importar harina del extranjero para su incineración.
Según datos del Ministerio, Holanda ha llegado a incinerar en el último año más de 100.000 toneladas de harinas de origen animal que llevaban almacenadas en los depósitos de urgencia bastante tiempo, con el consiguiente peligro sanitario.