Investigadores descubren que el hombre vive menos que la mujer porque la testosterona le debilita

En casi todos los países del mundo la expectativa de vida femenina es mayor que la masculina
Por EROSKI Consumer 21 de septiembre de 2002

Son más altos, más fuertes y más robustos que las mujeres, pero la testosterona debilita el sistema de inmunización de su cuerpo facilitando la proliferación de bacterias y parásitos. Por eso mueren antes; o al menos así lo pone de manifiesto un estudio publicado en el último número de la revista ‘Science’ que ha sido realizado por los investigadores escoceses Sarah L. Moore y Kenneth Wilson, de la Universidad de Stirling.

A pesar de que los científicos escoceses estudiaron la longevidad de ratas, ratones, monos, ballenas, venados y antílopes, y no de seres humanos, en principio sus resultados pueden aplicarse a los seres humanos para explicar las diferencias de longevidad entre hombres y mujeres. El doctor Ian P.F. Owens, del Colegio Imperial de Londres -quien publica un artículo editorial en la misma revista- indica como prueba que en Estados Unidos, el Reino Unido y Japón los hombres son dos veces más susceptibles a morir por enfermedades parasitarias.

Punto más a favor del estudio es que en Kazajstán y Azerbaiyán la vulnerabilidad masculina a los parásitos se multiplica por cuatro en relación con la de las mujeres. De hecho, en casi todos los países del mundo la expectativa de vida femenina es mayor que la masculina. En Estados Unidos, por ejemplo, ésta es de 79 años para hombres y de 73 para las mujeres, según cifras de 1996.

Pero Owens apunta en el artículo editorial otro dato subrayable: los casos de parasitismo son todavía más pronunciados en las especies donde el macho tiene que competir con otros por el apareamiento y el control de la manada.

Sin embargo, existe otra razón para explicar esta diferencia de longevidad. Los mamíferos machos son presas mayores y más sabrosas para los parásitos que los mamíferos hembras. Wilson manifestó que todos los parásitos, desde las bacterias que invaden el cuerpo hasta los insectos que pican y extraen sangre, tienden a atacar a los machos de tamaño mayor. Algo que podría causar un envejecimiento y una muerte más rápida que en las hembras.

El científico explicó que, en general, los animales grandes tienden a un mayor consumo de alimentos, lo cual significa un riesgo mayor de consumir bacterias.

Por otra parte, los mosquitos, las pulgas y las garrapatas encuentran en los animales de mayor envergadura una presa más fácil que en los de menor tamaño. «Simplemente por el hecho de que uno es más grande está expuesto más a los parásitos», señaló Wilson.

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