La medicina busca solución a los efectos secundarios de los tratamientos antisida

Los especialistas alertan de que la población está perdiendo el miedo al VIH
Por EROSKI Consumer 17 de marzo de 2002

Los tratamientos contra el sida, después de 20 años de la aparición de la enfermedad, han logrado grandes avances. Sin embargo, una vez eliminado el riesgo de morir por causa directa del VIH, han aparecido nuevos problemas derivados de los efectos secundarios, según explicaron numerosos especialistas en la VI Reunión Nacional Sobre el Sida, celebrada esta semana en Cáceres.

La lipodistrofia es uno de los efectos secundarios que más inquieta tanto a los pacientes como a los médicos. El tratamiento antirretroviral (para combatir al VIH) tiene una serie de consecuencias a largo plazo con las que no se contaba en un principio, y que surgen de la necesidad de medicarse todos los días durante toda la vida, sin interrupción. Ésta, concretamente, consiste en una notable pérdida de grasa en la cara, los brazos y las piernas; o, por el contrario, una acumulación excesiva en la nuca, las mamas y la cintura.

Este cambio físico tan acentuado se convierte en una tragedia para el enfermo de sida, que se siente más inseguro en sociedad debido al miedo a que la gente descubra su enfermedad. En numerosas ocasiones son necesarios tratamientos psicológicos. La cirugía estética es una solución, pero resulta muy cara, por lo que el doctor Carlos Martín Ruiz, coordinador de la unidad de VIH del Hospital de Cáceres, considera necesaria la cobertura de la Seguridad Social para estas operaciones.

Otro de los efectos secundarios a largo plazo más temido es la subida del colesterol y de los triglicéridos, que aumenta el riesgo cardiovascular de los pacientes. Las personas que están en tratamiento antirretroviral tienen que tomar unas ocho pastillas distribuidas a lo largo del día.

Mayores facilidades

Con el fin de que los enfermos cumplan con su medicación, existen nuevos fármacos que facilitan las dosis, ya que sólo tienen que tomarse dos veces al día. No obstante, aunque este tratamiento ya se esté utilizando, el coste resulta muy elevado, sobre todo teniendo en cuenta que gran parte de las personas infectadas por el VIH, como los heroinómanos o las prostitutas, carecen de recursos económicos.

En España, la incidencia del VIH en la población femenina es casi tres veces superior que en el resto de Europa. Esto se debe a una mayor vulnerabilidad ante el virus, que determina que las mujeres tengan más probabilidades que los hombres de contraer la infección. La probabilidad de contagio por vía sexual es de 4 a 12 veces más eficaz cuando es el hombre quien lo transmite a la mujer. Por otra parte, el semen tiene mayor concentración vírica y más potencial infeccioso, mientras que la mucosa vaginal es más frágil.

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