El primer informe mundial sobre drogas sintéticas, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas para el Control de Drogas y Prevención del Crimen, afirma que sustancias como el éxtasis y las anfetaminas han «enganchado» ya a más adictos que las drogas clásicas y su consumo crece de modo exponencial. Las consecuencias sobre la salud serán desastrosas, pues estas drogas provocan daños cerebrales irreversibles similares al Alzheimer.
El director de la oficina de la ONU contra las drogas y el crimen organizado, Antonio María Costa, que presentó ayer el informe en Roma, advirtió que «las anfetaminas y el éxtasis se han convertido en el problema número uno, pero sin crear alarma en la opinión pública debido a su táctica de esconderse tras la cultura de la diversión en discotecas y clubs nocturnos». El consumo de estas sustancias ha crecido de modo exponencial en los últimos años, sobre todo en Europa. En la actualidad, los adictos a las drogas sintéticas en el mundo son más de cuarenta millones, una cifra superior a la suma de adictos a la cocaína y heroína.
El italiano Costa advierte que el rápido aumento del número de toxicodependientes se debe a la intensa actividad del crimen organizado, pues las cifras de beneficio que reportan son astronómicas. Según el tipo de producto, el margen de ganancia varía entre el 2.000 y el 4.000 por ciento, mucho más de lo que se ganaba con los antiguos circuitos de heroína de Asia o de cocaína de América. Y, además, con un riesgo mucho menor.
Costa dio la alarma ante los inmensos costes humanos y sociales de un fenómeno que muchos países toman todavía a la ligera, pues las pastillas se presentan como un juego. Según el director de la lucha contra la droga de Naciones Unidas, «los riesgos para la salud son muchos y graves. Las anfetaminas provocan dependencia y psicosis. El éxtasis acelera el proceso de envejecimiento, produciendo efectos como los del Alzheimer. ¿Quién va a pagar el coste social de una generación de consumidores incapacitados en la escuela y en el trabajo a causa de las pastillas?».
El primer informe mundial sobre las drogas sintéticas destaca su desproporcionado impacto entre los jóvenes, sobre todo entre los que tienen de 16 a 25 años, objetivo favorito de los traficantes para aumentar el «mercado». Según Naciones Unidas, la penetración es alta en España y crece con rapidez. Entre los españoles de edad comprendida entre 15 y 65 años, el 1,2 por ciento son consumidores de anfetaminas y el 1,8 por ciento de éxtasis bajo sus centenares de «marcas» con nombres sugestivos. Se trata de datos del año 2001. Pero, se calcula que a finales de este año las cifras pueden revelar que los adictos son casi el doble.
La incidencia de las drogas sintéticas en España supera las cifras de Estados Unidos, uno de los primeros países afectados, pero que ha sabido reaccionar ante el desastre, según explicó ayer el director de la Oficina Nacional de Control de Drogas, John Walters. Segun Walters, «este informe es una señal de alarma. Las drogas sintéticas destruyen vidas. No podemos tolerar el estrago que causan entre la juventud, ni permitir que los delincuentes se protejan detrás de las fronteras nacionales».
Holanda suministra el 75 por ciento de las drogas de este tipo consumidas en Europa. Según Antonio María Costa, «está claro que producen para la exportación».
