La sed incrementa la sensación de dolor, según científicos australianos

Las ganas de beber no aumentan cuando el dolor es leve
Por EROSKI Consumer 31 de enero de 2006

Una investigación científica que acaba de publicarse mantiene que la sensación de dolor se acentúa con la sed. Además, el trabajo demuestra que no se tienen más ganas de beber por sufrir un leve daño físico, lo que puede ayudar a comprender mejor las sensaciones. Dirigidos por Michael Farell, los científicos del Instituto Howard Florey, de la Universidad de Melburne (Australia) analizaron la respuesta cerebral de los participantes durante momentos en los que fueron sometidos a sensaciones tanto de dolor como de sed para estudiar sus respuestas cerebrales.

Los autores de este trabajo analizaron cerebros escaneados de personas sometidas a sensaciones tanto de dolor leve como de sed, para examinar los cambios registrados en la actividad cerebral de cada uno de ellos. En el estudio, publicado en el último número de la revista PNAS, los investigadores midieron el flujo sanguíneo cerebral de diez individuos a los que se les inyectó sustancia salina para provocarles sed y asimismo se les presionó suavemente con el pulgar para causarles un dolor leve.

Los investigadores comprobaron que la sed y el dolor cuando eran provocados por separado activaban distintas regiones cerebrales respecto a si esas sensaciones se estimulaban al mismo tiempo. Así, detectaron que la coincidencia en la percepción de dolor y sed tenía como resultado la estimulación de otras dos regiones cerebrales (cingulado pregenual y cortex orbitofrontal) diferentes a las anteriores, que, según los científicos, podrían servir de «centro integrado» de percepciones.

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