Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard han realizado un estudio que ha publicado la revista «New England Journal of Medicine», por el que aseguran que el peligro de sufrir una muerte prematura es mayor entre las mujeres obesas que en las de peso normal.
Asimismo han explicado que, a pesar de lo que se había recomendado hasta el momento, el ejercicio regular no es suficiente para impedir los problemas de la salud vinculados al exceso de peso, ya que las mujeres que realizan ejercicios menos de tres horas y media a la semana corren un peligro de muerte prematura superior en un 91% al de las que mantienen una actividad física mayor.
Si nos fijamos en las mujeres obesas que no realizaron ningún tipo de ejercicio la tasa de muerte prematura fue superior a la de las mujeres con un peso normal en un 142%. Además el estudio ha demostrado que los ejercicios regulares no son suficientes para impedir los problemas cardiovasculares vinculados directamente a la obesidad.
Menos grasas
Hasta la fecha la comunidad médica aseguraba que el ejercicio es el mejor remedio para reducir de peso y por consiguiente minimizar los peligros para la salud. Sin embargo, el estudio realizado entre más de 116.000 enfermeras durante 24 años asegura que también hay que reducir el consumo de grasas, sal y azúcar, según Frank Hu, uno de los investigadores del estudio.
El experto asegura que a pesar de que el ejercicio no parece contrarrestar totalmente los riesgos para la salud derivados de la obesidad, es evidente que, en conjunto, tanto el peso normal como el ejercicio son claves para la longevidad de una persona, ya sea hombre o mujer. Añadió que quienes son delgados pero sedentarios deben hacer ejercicios de manera regular aun cuando no pierdan peso.
