La Organización para las Naciones Unidas (ONU) acaba de publicar un estudio en el que alerta de que una de cada 16 mujeres tiene probabilidades de morir a lo largo del embarazo o durante el parto en las regiones más pobres del mundo, mientras que en los países desarrollados sólo una de cada 2.800 mujeres corre tal riesgo.
A modo de ilustración, el estudio indica que, de las 529.000 muertes maternas registradas en el mundo en 2000, el 95% ocurrió en África y Asia, sólo el 4% en América Latina y el Caribe y menos del 1% en las regiones más desarrolladas del mundo.
El informe determina que la mayoría de muertes durante el embarazo y parto ocurren como resultado de la demora en reconocer las complicaciones, así como en el excesivo tiempo que toma encontrar ayuda especializada.
A esto se suma el hecho de que en los países pobres del África Subsahariana y el sur de Asia, principalmente Bangladesh, La India, Nepal y Pakistán, la mayor parte de las mujeres alumbran en sus hogares sin ningún tipo de atención médica, sobre todo si viven en zonas remotas.
Además, en estas zonas deprimidas aún si se tiene acceso a los servicios hospitalarios, frecuentemente éstos no cuentan con equipos para atender emergencias.
Una tercera explicación del informe a esta grave situación es la falta de información sobre los métodos de planificación familiar, que ayudarían a las mujeres a espaciar sus embarazos y a preservar su salud.
Los autores del estudio, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), y el Fondo de la ONU para la Población (UNFPA), apuntan que sólo 13 países concentran el 70% de muertes maternas, siendo La India el de mayor número de decesos, seguido de Nigeria.
