Entrevista

Rosa Albañil, coordinadora del Grupo de Trabajo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria

España es uno de los países europeos donde se registra un mayor uso de los antibióticos
Por Clara Bassi 17 de diciembre de 2013
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Imagen: CONSUMER EROSKI

En España todavía se utilizan demasiados antibióticos. Hay varias razones que lo explican: dispensación en las farmacias sin receta médica, uso de fármacos del botiquín casero sin consultar con el médico o su empleo en infecciones víricas. También hay que tener en cuenta su utilización en agricultura y veterinaria, que tiene repercusión en la salud humana. Todas estas circunstancias favorecen un aumento de las resistencias, que afecta sobre todo a los menores de 5 años y los mayores de 80, quienes son los que más necesitan los tratamientos antibióticos para diversas infecciones. Si las resistencias siguen en aumento, habrá que recurrir a otros de segunda línea, más caros y con más efectos adversos, advierte Rosa Albañil, coordinadora del Grupo de Trabajo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y pediatra de Atención Primaria del Centro de Salud de Cuzco, de Fuenlabrada (Madrid), con motivo de la reciente celebración del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos.

A pesar de las campañas realizadas en los últimos años promoviendo el uso racional de los antibióticos, ¿se abusa mucho de estos medicamentos?

Sí, aún se usan demasiado. Aunque en los últimos años se ha registrado una disminución en su consumo, se utilizan más a menudo de lo que sería necesario.

¿Por qué?

“La creación de resistencias bacterianas perjudica a toda la población”

En primer lugar, aunque hay una legislación que impide su venta sin receta médica, no siempre se cumple. Los pacientes emplean, a veces y sin consultar con el médico, antibióticos sobrantes de tratamientos previos que guardan en sus botiquines. En otras ocasiones, los médicos los prescribimos de forma inadecuada, por la dificultad para identificar con total seguridad y de forma rápida procesos en los que no serían necesarios, o porque resulta difícil resistirse ante a la presión de los pacientes y sus familiares.

Puesto que los antibióticos son para las infecciones bacterianas, pero no para las de origen vírico.

En efecto. Sabemos que la mayor parte de las infecciones de los pacientes están causadas por virus para los que los antibióticos no están indicados, porque no son eficaces. No obstante, en ocasiones, los médicos no disponemos de medios diagnósticos para saber, en un tiempo breve, si una infección es vírica o bacteriana; por ello, tratamos de forma indebida a los pacientes con antibióticos, pues no es fácil discernir la etiología de la infección.

¿Los médicos llegan a recetar antibióticos para “curarse en salud” y asegurarse de que cierta sintomatología infecciosa desaparezca?

“La mayor parte de las infecciones de los pacientes están causadas por virus para los que los antibióticos no están indicados”

Alguna vez, a pesar de que sabemos que es imprescindible diferenciar entre una y otra etiología. A veces, también recibimos la presión de los familiares, porque todavía hay quienes piensan que los antibióticos van mejor que otros medicamentos y curan antes una enfermedad infecciosa. Aunque somos conscientes de esa presión, el poco tiempo del que disponemos en la consulta nos dificulta realizar una educación sanitaria que corrija falsas creencias.

¿Cuáles son los principales problemas que se derivan del abuso de los antibióticos?

Es probable que la consecuencia más importante derivada sea la generación de resistencias bacterianas. Esto supone que una bacteria continúa creciendo y multiplicándose en presencia de un antibiótico que antes la destruía o era capaz de impedir su crecimiento. Es decir, el fármaco ha perdido la capacidad de combatirla y ha dejado de ser eficaz para curar la infección que provoca. Esta situación produce problemas de salud pública muy importantes porque, cuando hay resistencias, hay que recurrir a otros antibióticos más caros y con más efectos adversos o durante más tiempo, como los de segunda línea. El problema final es que los gérmenes resistentes necesitan ser tratados con antibióticos más seleccionados.

¿Cuáles son los niveles de resistencias a los antibióticos en España?

“Los pacientes utilizan, a veces y sin consultar con el médico, antibióticos sobrantes de tratamientos previos”

España es uno de los países europeos donde se registra un mayor uso de los antibióticos y con mayores tasas de resistencia. No es igual en niños que en adultos, pero se podrían destacar las resistencias de Streptococcus pneumoniae a la penicilina (27%) y de Escherichia coli a las quinolonas.

¿Es cierto que las resistencias a los antibióticos perjudican o afectan más a los niños o ancianos?

No es que perjudiquen más, sino que los niños menores de 5 años y los ancianos de más de 80 hacen un mayor empleo de los antibióticos, según los registros. Pero, en realidad, la creación de resistencias bacterianas perjudica a toda la población y, de modo muy especial, a las personas hospitalizadas o con enfermedades crónicas o debilitantes.

Consejos para un buen uso de los antibióticos

Todas las personas y agentes implicados pueden poner de su parte para hacer un uso más racional de los antibióticos, a fin de que las resistencias bacterianas dejen de aumentar. Pero, para ello, hay que actuar a varios niveles, según señala Rosa Albañil:

  • Las autoridades sanitarias deben controlar que se cumpla la legalidad para que no se puedan adquirir sin receta médica, ya que no son fármacos de libre dispensación.
  • Se debe intervenir y regular su uso en veterinaria y agricultura, porque los efectos de los antibióticos que se emplean en estos sectores pueden afectar a los humanos.
  • Es preciso realizar campañas dirigidas a la población, para informarla y formarla de manera adecuada, con el fin de que comprenda que los antibióticos son fármacos muy beneficiosos cuando se utilizan en enfermedades en las que están indicados. En cambio, cuando se usan de manera indiscriminada pueden causar perjuicios. Hay que explicar la importancia de cumplimentar bien los tratamientos en dosis, horario y duración, ya que no seguir las pautas indicadas por el médico también puede conducir a la producción de resistencias y a que no se consigan los efectos esperados. Hay que destacar que son un arma muy poderosa que, bien empleada, puede ser muy útil para la salud, pero mal usada puede provocar más desventajas que beneficios.
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