¿Los bebés aprenden antes de lo que pensamos?

Los niños saben muy pronto cuándo sus padres les cogerán en brazos, una muestra más que podría revelar que los niños aprenden antes de lo que suele pensarse, según los científicos
Por Cristian Vázquez 26 de mayo de 2014
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Imagen: deanwissing

La inteligencia de los bebés se desarrolla muy pronto, y la ciencia proporciona cada vez más evidencias de ello. Un estudio reciente ha demostrado que los niños de dos meses ya saben cuándo sus padres van a alzarlos en brazos y que, como respuesta, se quedan quietos y ponen el cuerpo rígido para ayudar a que los levanten. Este artículo explica detalles de esta interesante investigación y otras demostraciones de inteligencia temprana en los más pequeños.

¿Cómo saben los bebés cuándo les vamos a abrazar?

La inteligencia de los bebés podría surgir antes de lo que se pensaba

Varios descubrimientos científicos recientes apuntan que la inteligencia de los bebés se desarrolla más rápido y antes de lo que se creía. Inteligencia no entendida como coeficiente intelectual, sino como la capacidad de entender, asimilar y elaborar la información y poder usarla para resolver problemas.

Un último estudio viene a refrendar esa idea. Sus investigadores concluyen que los niños de dos meses ya se dan cuenta de cuando los van a coger en brazos. Al ver a sus madres o padres acercarse con los brazos extendidos, advierten lo que ocurrirá y, como respuesta, se quedan quietos y ponen rígidos sus miembros para facilitar la tarea de levantarlos.

El hallazgo se basa en pruebas realizadas por expertos de universidades de Reino Unido, Dinamarca y República Checa. Estudiaron el comportamiento de 28 bebés de entre dos y cuatro meses, a los cuales colocaron sobre una alfombra especial que permite medir la presión que se ejerce sobre ella. De este modo, analizaron sus acciones durante tres fases: cuando sus padres les hablaban, cuando se aproximaban a ellos y cuando los tocaban para levantarlos.

¿Hay que repensar el estudio del desarrollo infantil?

Este fue el primer estudio realizado para comprobar cómo los bebés modifican su postura con el fin de compensar la desestabilización que les supone ser levantados por un adulto. «No esperábamos unos resultados tan claros», afirma en un comunicado de prensa la directora de la investigación, Vasu Reddy, de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido). «A partir de estos descubrimientos, creemos que es probable que este comportamiento se dé en bebés incluso más pequeños, posiblemente poco después de nacer», añade.

Según Reddy, los resultados del trabajo sugieren la necesidad de repensar la manera de estudiar el desarrollo infantil, dado que los pequeños parecen capaces de entender las acciones de los demás dirigidas a ellos antes de lo que se creía.

Inteligencia temprana: otras demostraciones

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Imagen: FennecCooper

Otros estudios también han revelado en bebés muy pequeños habilidades que se creía que el ser humano incorporaba mucho después.

Uno de ellos comprobó que, a los siete meses de edad, los niños ya son capaces de entender el punto de vista y el comportamiento de otras personas y atribuirles pensamientos e intenciones. En los términos del artículo publicado en la revista Science, a esta edad los bebés «calculan de forma automática las creencias de los demás y parecen conservarlas en la mente como representaciones alternativas del entorno».

Poco después, a los diez meses, los pequeños ya son capaces de saber quién manda. Los investigadores lo dedujeron a partir de sus reacciones ante vídeos de animación para bebés en los que se enfrentan dos personajes, uno más grande que el otro. A los niños les resultan más llamativos (y por ende les prestan atención durante más tiempo) los casos en los que el pequeño se impone sobre el otro. Y es que ya tienen claro que lo normal es que el de mayor tamaño se imponga, afirman estos expertos.

Todos estos estudios realzan la importancia de estimular el desarrollo cognitivo de los menores desde bien pronto. Ellos están siempre abiertos a la exploración y piensan como científicos: establecen hipótesis, ensayan, realizan comprobaciones y vuelven a probar. En otras palabras, los niños son como esponjas cuando se trata de adquirir conocimiento sobre el mundo. Así que cuanto más apoyo reciban por parte de sus mayores, más podrán desarrollar su inteligencia.

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