El consumo de energía de los hogares españoles es un 30% mayor que el del resto de los europeos, según Unesa

La patronal eléctrica afirma que las familias racionalizan más el uso de carburantes para el automóvil que la energía doméstica
Por EROSKI Consumer 4 de noviembre de 2002

El consumo anual de energía de las familias españolas en el hogar alcanza los 26.364 kilowatios, un 30% superior al valor medio del consumo en un hogar europeo, según un estudio elaborado por Unesa, la patronal de las compañías eléctricas españolas. Los cálculos de este análisis concuerdan con las conclusiones de estudios previos, donde las familias españolas muestran una menor preocupación por la eficiencia energética que en otros países de Europa y reconocen abiertamente un cierto derroche de energía en sus hogares.

En general, dice este informe, las familias españolas son más sensibles a racionalizar el uso de carburantes para el automóvil que a cuidar el consumo energético dentro de la casa. A esta situación contribuye el hecho de que las necesidades de energía doméstica per cápita en España son, comparativamente, más bajas que en otros países, por razones de clima y horas de luz, señala la patronal.

Diferentes precios

Para efectuar este estudio, los expertos de Unesa analizaron el consumo mensual y anual de electricidad en una vivienda tipo, común a un conjunto de países: un hogar «todo eléctrico», con tres dormitorios, dos cuartos de baños, pasillo y recibidor y, un salón comedor. Esta vivienda tipo tiene también agua caliente y calefacción eléctrica, así como un sistema adicional de aire acondicionado calor-frío.

Según el estudio, el consumo mensual total de la familia que vive en este hogar-tipo es de 2.941,4 kilovatios/hora (kWh) al mes, en la época de invierno y particularmente frío. De ese consumo, 1.770 corresponden a la carga de los acumuladores, 420 al termo de agua caliente y 350 al aire acondicionado.

El informe también hace referencia a la evolución de los precios de la energía en los hogares y establece una comparación en el ámbito europeo. Unesa precisa que el precio suministrado para los consumidores domésticos se ha incrementado de 1996 a 2000 en Rotterdam, Londres y Hamburgo, mientras que ha descendido en Atenas, Madrid y París. Por lo que respecta a la capital de España, el informe apunta que el precio eléctrico que paga un consumidor-tipo se sitúa en la banda media baja de Europa.

Sólo los consumidores de Atenas, Dublín y Londres pagan menos por cada kWh consumido. Por el contrario, la factura eléctrica es más cara en Hamburgo, Rotterdam y Copenhague. Esta situación no obedece tanto al nivel de consumo como a los diferentes precios. Por ejemplo, una familia de Copenhague pagará alrededor de 4.373 euros al año por todas las dotaciones eléctricas existentes en el hogar tipo descrito. Esa misma factura sería en Atenas de 1.358 euros.

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