Comprar oro en Internet

La adquisición en la Red permite ahorrarse los costes de transporte, seguro y de pago contra reembolso
Por Carlos Astorelli, Laura Sali 20 de enero de 2009
Img lingotes oro

El oro se ha establecido como una inversión refugio tras el estallido de la crisis financiera: en busca de posiciones seguras, los grandes capitales de todo el mundo han recurrido al metal amarillo para capear el temporal bursátil. Así, la onza llegó a un récord de 1.030,8 dólares en marzo de 2008, para luego caer a menos de 700 dólares a fines de octubre y reescalar hasta el cierre de esta edición a 814 dólares la onza. Esto quiere decir que una persona que hubiera entrado en el mercado del oro en el mes de enero habría obtenido a esta fecha alrededor de 12% de revalorización de su capital, un rendimiento muy superior que las tasas de interés que ofrecen los bancos.

Alta revalorización

Hasta mediados de 2008 el número de particulares españoles que adquirió oro se había multiplicado por cuatro en un año, pero no todo es brillo en el momento de comprar oro físico. Factores como la cotización, el transporte, los cánones de seguro, los modos de pago y los costes de almacenamiento cuentan mucho a la hora de decidir la mejor manera de comprar. Además de las casas de compraventa en la calle, el mercado de este metal se ha puesto al día empleando la Red como medio de transacción, lo que impone el desafío de conocer el procedimiento para realizar una inversión exitosa y libre de riesgos.

Procedimiento

El oro de inversión que algunas empresas españolas ofrecen en sus páginas web puede ser en forma de lingote o de monedas de distintos gramos. Allí pueden verse las imágenes y conocer los precios según la cotización del día. Algunos productos disponibles en la Red son:

  • Lingote de 1 kg de peso, de 116,5 x 51 x 9,5 mm, una pureza de 999,9/1000: 20.944 euros.
  • Lingote de 0,500 kg de peso, 91 x 41 x 7,6 mm e idéntica pureza: 10.573 euros
  • Lingote de 100 g de peso, 49,65 x 28,85 x 4,00 mm y la misma pureza: 2.206 euros
  • Lingote de 20 gr, 40,35 x 23,25 x 1,2 mm, e igual pureza: 494 euros.

La modalidad de compra en la Red -aunque sencilla y con ciertas ventajas-, exige conocer el procedimiento para comprar sobre seguro y sin sobresaltos. El envío y la recepción de pedidos se realizan por completo de manera electrónica: el cliente carga sus datos personales, su número de cuenta (si elige pagar por transferencia) y solicita la cantidad de oro en lingotes o monedas que desea. A partir de aquí, las empresas -a veces de manera inmediata, a los dos o tres minutos de solicitar el producto en la web- llaman a los clientes antes del envío para confirmar que efectivamente desean comprar y no han cambiado de idea, y que entienden el valor total.

En la compra de oro no hay contrato, sino una factura comercial que es documentación fiscal

Esto se hace así ya que muchas veces la gente se despista cuando se le comunica el importe final. La confusión más corriente es entre el precio por onza y por gramo, “pero son problemas que quedan zanjados con una llamada de no más de dos minutos antes del envío efectivo del oro”, como afirman desde el departamento de ventas de una conocida empresa de compraventa por Internet. De esta manera se confirman todos los artículos, se comunican los gastos de envío si los hay y de qué manera se va a recibir el pedido: transporte, tiempos de entrega, etc. Así, sólo resta esperar la llegada del oro.

En la compra de oro de inversión, bien sea a través de la web o en la tienda, no se firma contrato, sino una factura comercial que el cliente recibirá en su domicilio con la mercadería. Conservar esta factura -exenta de IVA por ley, como toda compra de oro-, es importante para transportes posteriores del oro (ya que certifica la posesión legal del metal), para venderlo, y, además, es documentación fiscal que el comprador debe conservar por sus obligaciones tributarias.

Precios

Según los datos recabados, la mayoría de los pedidos de los particulares por Internet se mueve en el baremo de entre 1.000 a 10.000 euros. Algunas de estas empresas funcionan con los precios de la cotización de oro del mercado de Londres; de esta manera, se ofrece una cotización al minuto, ya que los precios tanto de compra como de venta pueden oscilar varias veces al día. El precio final se confirma con la llamada telefónica que realiza la empresa, y puede variar en caso de que el cliente efectúe el pedido fuera del horario de apertura del mercado de cotizaciones, que algunas páginas hacen coincidir con el horario de la tienda virtual. Si el cliente hace una oferta de compra o de venta fuera del horario de apertura, la cotización real será la de la apertura del mercado del día siguiente, que la empresa debe comunicar antes de cerrar la operación con el fin de evitar confusiones.

Hay que tener en cuenta que las cotizaciones son al minuto para no llevarse sorpresas a la hora de recibir y pagar

Es importante asegurarse de que las empresas que declaran cotizar al minuto con referencia a algún mercado y publican los precios de sus productos en la web mantienen el precio si el pedido se realiza cuando la tienda está abierta: las más serias aseguran que ese precio es el final incluso si se cierra la operación de manera telefónica al poco tiempo y la cotización sufrió algún cambio. No obstante, esto “generalmente no ocurre ya que la oscilación de los precios no es tan abrupta”, según aclaran desde una empresa dedicada a tal actividad.

Costes de la compra en la Red

La mayoría de las páginas web que venden oro aclara que a los precios de cada lingote o moneda hay que sumarles costes de manejo de los bienes, que correrán por cuenta del comprador. Este manejo de los bienes se refiere al coste de envío, al seguro y a los cargos por pago contra reembolso, que es una de las modalidades de pago además del depósito en la cuenta de la empresa o la transferencia bancaria desde la cuenta del cliente.

Para montos inferiores a 1.000 euros, los gastos de envío oscilan entre 15 y 18 euros

La empresa española pionera en este servicio, sin embargo, no en todos los casos carga al cliente estos costes. Para compras de lingotes o monedas de entre 1.000 y 10.000 euros no cobra el seguro ni el transporte. Esto es posible debido a la póliza de seguro particular que tiene la compañía, que incluye este supuesto y estas cantidades, como aclaran desde la empresa. Para envíos de compras por montos más pequeños -inferiores a 1.000 euros- el coste de envío y seguro puede ser entre 15 y 18 euros.

Para pedidos superiores a los 10.000 euros, comprar oro en la Red puede ser más oneroso. No obstante, esto no diferencia esta compra de la realizada en tiendas tradicionales, ya que difícilmente se puede realizar una compra de oro por ese valor llevándose la mercancía consigo. En estos casos, las compañías de compraventa trabajan por regla general con empresas de seguridad que ofrecen furgones blindados disponibles en el lugar y el momento que se desee, lo que incrementa el coste de transporte y seguro, que pueden oscilar entre 100 y 150 euros para esos volúmenes de compra.

Logística, seguridad y formas de pago

Uno de los factores que pueden encarecer la compra a la distancia es la elección de pago contra reembolso. Tal vez recomendable como primera operación con una compañía que no se conoce -ya que sólo se desembolsará dinero en el momento de recibir el producto y una vez seguros de que consiste en aquello que se pidió-, el pago contra reembolso implica un coste que carga la empresa de transporte por el manejo de dinero. El porcentaje depende de la empresa de transporte, y en algunos casos se limita la posibilidad de este tipo de pago a cantidades de hasta 5.000 euros. Más allá de esta cantidad puede optarse por un pago mixto: parte contra reembolso y parte mediante un depósito en la cuenta de la empresa. En todo caso, la mayoría de las compañías exige el pago en su cuenta de manera previa antes de enviar el material.

La logística incluye medidas de seguridad para evitar robos o el filtrado de información de la operación

Por otra parte, la logística en las empresas más serias incluye medidas de seguridad que deben observarse para evitar robos por parte de los transportistas, o el filtrado de la información de la operación debido al conocimiento de lo que se transporta. Los envoltorios consisten en paquetes cerrados sin referencia alguna al nombre de la empresa que vende (ya que normalmente estos nombres incluyen la palabra oro), son acolchados para que no sean palpables y van dentro de otro sobre de la propia empresa de transporte.

Una vez abierto el sobre de la empresa, dentro hay otro con una cara transparente y sellado, que permite controlar la cantidad efectiva de lingotes o monedas. De no coincidir con lo pedido, el cliente puede rechazar la entrega si no abrió la bolsa, sin coste alguno, a la espera de que se revise el material en origen. Lo cierto es que, según afirman desde el departamento comercial de una compañía de inversiones en oro, muchos clientes se arrepienten por la cantidad que deben pagar, “y es preferible mantener la posibilidad del pago contra reembolso”.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube