Entrevista

Ana Embid, especialista en coaching educativo

Los docentes deben ser los gestores del talento de sus alumnos
Por Marta Vázquez-Reina 10 de diciembre de 2010
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Imagen: CONSUMER EROSKI

El coaching ejecutivo o empresarial es un proceso individual de acompañamiento. En él toman parte un “coach” y un directivo, quien recurre a éste porque desea una mejora en su rendimiento, un cambio en su vida profesional y optimizar las relaciones con otros colegas y compañeros de trabajo. Este modelo se ha trasladado al ámbito educativo para ponerlo al alcance de los estudiantes en su camino hacia el éxito académico. Al menos, éste es el planteamiento que propone Ana Embid, coach y Máster-Practitioner de Programación Neurolingüística (PNL) y Comunicación no verbal. Especialista en coaching educativo, resalta los beneficios que esta herramienta de acción aporta tanto al coach o profesor, como a los coachees o alumnos en su búsqueda de la excelencia. “Con el coaching, el estudiante se siente considerado, escuchado, útil, se aumenta su autoestima y se le motiva para dar lo mejor de sí mismo”, resume Embid.

¿Cuál es la función de un coach?

Hay momentos en la vida en los que tenemos dificultades que nos provocan un nudo o angustia, una conversación interna que nos impide llegar a nuestro objetivo. Es en ese momento, con la asistencia de un coach, como si de un truco de magia se tratase, cuando el nudo se deshace. El coach empondera, es decir, muestra una serie de herramientas, como el cambio de observador, para ser capaz de relativizar, enseña la escucha para dejar a un lado los juicios personales o destaca la aceptación para ser conscientes de las creencias que nos acompañan. En definitiva, proporciona un plan de acción para organizar las ideas y la toma de decisiones, para avanzar hacia un objetivo.

¿Cuándo se planteó que el coaching podría servir a los estudiantes?

“Con el coaching se aportan fortalezas que hacen que los alumnos se desarrollen en un ambiente motivador”

Cuando me formé como coach pensé que si desde que somos pequeños nos motivasen y nos dieran apoyo, valor y respeto, seríamos personas más eficaces y felices. Con el coaching se aportan fortalezas que hacen que los alumnos se desarrollen en un ambiente motivador, donde el esfuerzo, el respeto, el trabajo y el mérito son los motores impulsores hacia el trabajo bien hecho.

¿Cómo se desarrolla en el aula?

El proceso de coaching educativo consiste en una relación continua entre el profesor/coach y los alumnos/coachees en busca de la excelencia. El coach incomoda a los coachees con sus preguntas para que, a través de sus propias reflexiones, sean capaces de meditar, interiorizar y conseguir por sí mismos los mejores resultados. El coach no aconseja al estudiante, ni le hace ver su punto de vista. Su función es acompañarle en su proceso de aprendizaje y aceptar a cada uno como es. De este modo, el alumno saca lo mejor de sí mismo para su desarrollo personal y mejora su rendimiento.

¿Qué características debe reunir el docente para actuar como coach?

“El profesor debe ser capaz de escuchar sin prejuicios y ponerse en el lugar de cada uno”

La enseñanza no ha de ser igual para todos, no tiene que funcionar como una educación de mínimos, sino de máximos, donde se dé más al estudiante que más lo necesite. Los docentes deben ser los gestores del talento de sus alumnos y para conseguirlo es necesario que tengan, ante todo, vocación por la enseñanza, ilusión por transmitir conocimiento y ganas de acompañar a sus pupilos en el periplo de aprendizaje. Además, el profesor debe ser capaz de escuchar sin prejuicios, ponerse en el lugar de cada uno, aceptar al estudiante como es y comunicar de forma efectiva. Por tanto, para ejercer de coach hay que tener habilidades que permitan sacar lo mejor de cada estudiante y le proporcionen un aprendizaje eficaz y motivador que le responsabilice en la toma de sus decisiones.

¿Cuáles son las metodologías educativas que habría que descartar y cuáles habría que promover?

El docente acompaña a los estudiantes de una forma efectiva a través de la conversación, el estímulo del estudio, la comprensión, el respeto y la aceptación. Por eso, todo método que conlleve una memorización, sin reflexión, sería descartable, mientras que las metodologías que animan al alumno a indagar, jugar, pensar y curiosear para descubrir qué hay detrás de cada puerta que abre el docente, le permitirán desarrollarse. Para estimular y motivar al alumno, las asignaturas deben transmitirse desde la emoción, a través del mayor número de canales sensoriales: vista, oído, gusto, sabor y tacto.

¿Con qué herramientas cuenta el docente para ejercer como coach en las aulas?

“El factor que menos favorece al profesor es el elevado número de alumnos por clase”

El hecho de tomar la decisión de ser docente y de querer transmitir conocimiento ya presupone que dispone de herramientas fundamentales, como interés, paciencia, flexibilidad o respeto. Pero hay otras actitudes que se deben trabajar cada día, como la escucha o el saber comunicar, motivar, agradecer, empatizar, aplaudir o silenciar. El profesor tiene que partir del punto de que sus alumnos son perfectos, que deben ser aceptados como son, con sus capacidades, con sus intereses, con sus dudas. El factor que menos favorece a un profesor para actuar como coach es el elevado número de estudiantes por clase.

¿En qué aspectos se beneficia el alumno del coaching?

Desde el momento en que se trata a las personas según sus capacidades, la respuesta es positiva. Con el coaching, el estudiante se siente considerado, escuchado, útil, se aumenta su autoestima y se le motiva para dar lo mejor de sí mismo. Si imaginamos el caso de un alumno que tiene un problema de aprendizaje que no se manifiesta a simple vista, el cambio de tratarle como un niño problemático que no consigue los resultados del grupo a considerarle como un alumno potencialmente capacitado, provoca en él una motivación en todo lo que hace y le impulsa a la excelencia.

¿Funciona entonces como una herramienta eficaz contra el fracaso escolar?

“Los estudiantes son las víctimas del fracaso, pero los adultos somos los culpables”

Las principales causas del fracaso son las carencias afectivas, problemas sociales o de aprendizaje, el no ser comprendidos o la falta de voluntad. Los estudiantes son las víctimas, pero los adultos -tutores, profesores y padres- somos los culpables de que lleguen a esa situación, los responsables de los resultados de los alumnos. Por eso, debemos ocuparnos en lugar de preocuparnos, es necesario que aceptemos a los alumnos como son y les ayudemos a encontrar su camino para el éxito.

En la línea de la lucha contra el fracaso, ha realizado procesos de coaching individuales a menores en situación de reeducación y reinserción social.

Trabajamos de forma individual con menores que están bajo la tutela de la Agencia del Menor Infractor de la Comunidad de Madrid. Cuando les presentamos la charla explicativa sobre qué es el coaching y para qué sirve, nos piden que empecemos cuanto antes para poder demostrar todo el potencial y capacidades que tienen dentro. Saber que van a tener una persona a su lado que les acompañará a encontrar su camino, que les guiará hacia sus metas, les hace sentirse muy ilusionados y agradecidos.

¿Cómo desarrollan su potencial?

“Todo lo que hacemos en la vida, lo hacemos para sentirnos bien y para que otros nos reconozcan”

Todo lo que hacemos en la vida, lo hacemos para sentirnos bien y para que otros nos reconozcan. Si un niño no alcanza el baremo establecido por el sistema educativo actual, o ha cometido una falta contra el prójimo, a menudo es porque tiene un problema que sus tutores no han sabido detectar y tratar a tiempo. Siempre hay alguna causa que les hace actuar de la forma en que lo hacen, sin que ellos mismos lo entiendan. Cuando les empoderas, descubren sus capacidades y eligen y adoptan lo que mejor les puede convenir.

¿El coaching en el ámbito escolar debe ser individualizado o puede ser grupal?

En el ámbito escolar no debe ser individual, a no ser que haya algún caso especial. El coaching educativo que yo defiendo pretende llegar de una forma natural, mientras los alumnos se forman en el aula. A la vez que aprenden conocimientos, los estudiantes adquieren habilidades y valores que determinarán su inteligencia emocional y su forma de ser.

¿Qué papel corresponde a las familias en el coaching educativo?

El coaching debe empezar por las mismas familias, desde que los niños son pequeños. La familia es la base de los valores, la cultura, los principios, las normas, las creencias y el afecto. Cuanto más sólidos son estos, mayor será la inteligencia emocional que nos conectará con la sociedad y más sencillo será el aprendizaje. Hay que tener en cuenta que todos hacemos las cosas lo mejor que conocemos o que nos han enseñado. Quien se educa entre gritos, gritará para hacerse oír. Quien conozca el respeto, respetará a los demás.

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