Un terremoto de 8,7 grados en la isla indonesia de Sumatra levanta el temor a nuevos tsunamis

Las primeras estimaciones hablan de entre 1.000 y 2.000 muertos
Por EROSKI Consumer 29 de marzo de 2005

Un gran terremoto de 8,7 grados en la escala de Richter sacudió ayer la costa occidental de Sumatra, la misma región arrasada por el maremoto del pasado 26 de diciembre. Decenas de miles de personas, presas del pánico, se echaron a las calles en plena noche, ya que el seísmo ocurrió pasadas las 23:09, hora local (las 18:09 hora española), y sus sacudidas se prolongaron durante casi tres minutos.

Las autoridades de Indonesia han confirmado la muerte de al menos 300 personas y el vicepresidente del país, Yusuf Kalla, ha asegurado que el número de víctimas mortales por el terremoto en el mar de Andamán puede ser de «entre 1.000 y 2.000» en Nias, la isla más cercana al epicentro del terremoto y uno de los lugares más dañados por el maremoto del pasado 26 de diciembre. La visibilidad se limita a 400 metros e incluso los helicópteros tienen dificultades para llegar. A primeras horas de esta mañana ningún helicóptero o avión había logrado aterrizar aún en la isla.

En Nias, el terremoto ha destruido el 70% de los edificios situados en el mercado de abastos de la localidad de Gunungsitoli, al este de la isla. Funcionarios del gobierno local de Nias han declarado que desde el amanecer han intensificado los esfuerzos para encontrar supervivientes, mientras los heridos siguen llegando a los hospitales de la isla, que se encuentran desbordados. Se espera la llegada en breve de uno o varios helicópteros de la Organización de las Naciones Unidas para supervisar la zona afectada y evaluar los daños.

La isla Nias está situada a unos 125 kilómetros al oeste de Sumatra y era hasta no hace mucho paraíso de surfistas. Miles de residentes huyeron a las partes altas por miedo a que se produjeran «tsunami» u olas gigantes, una posibilidad que ha sido descartada por las autoridades.

Alerta de tsunami

El epicentro se localizó a unos 33 kilómetros de profundidad bajo el fondo marino. Minutos después del seísmo, los servicios geológicos de EE.UU. y Japón, así como el Centro de Alertas de Tsunami en el Pacífico, radicado en Hawai, alertaron de la posibilidad de que un fuerte maremoto afectara a las islas más próximas, por lo que recomendaron la evacuación de todas las costas situadas en un radio de 1.000 kilómetros en torno al epicentro. Esta alerta ya ha sido retirada.

El terremoto se sintió con gran intensidad en Tailandia, Malasia, Sri Lanka y las costas del sur de la India, pero fue en Sumatra donde todo tembló durante casi tres minutos. En las principales localidades de la costa occidental de la isla, como Pedang y Medan, produjo daños menos graves, con algunos edificios bajos afectados, y derribó numerosos cables del tendido eléctrico, causando importantes cortes de electricidad.

Malasia y Tailandia han suspendido esta mañana la alarma de «tsunami», una vez que sus servicios meteorológicos han declarado que no existe posibilidad de que a las costas de estos países lleguen olas gigantes. Esta declaración ha permitido a los habitantes de estas zonas regresar a sus casas. Las autoridades, por medio de canales de televisión, habían pedido esta madrugada a los ciudadanos de las localidades situadas en la costa oeste que se alejasen del mar ante la posibilidad de olas gigantes.

Turistas y Cooperantes

En Tailandia, en la isla de Phuket, arrasada también a finales de diciembre, miles de habitantes corrieron hacia las colinas, mientras bocinas de alerta y policías con megáfonos urgían a la población a evacuar la costa. Cerca de 4.000 turistas se apresuraron a obedecer las órdenes de evacuación, sin que al parecer se registraran víctimas.

El fuerte seísmo no ha afectado a ninguno de los españoles residentes en la zona, la mayoría de los cuales son cooperantes, según fuentes diplomáticas. La embajada de España en Yakarta se puso inmediatamente en contacto con todos los españoles de cuya presencia en el país tenía noticia, que fundamentalmente son cooperantes de Cruz Roja y Médicos del Mundo, y las informaciones disponibles hasta el momento «confirman que todos se encuentran bien».

Posibilidad prevista

La posibilidad de que se produjera un nuevo seísmo en la región ya había sido anunciada por los expertos. Científicos británicos que analizan la falla que produjo el terremoto de diciembre advirtieron, hace semanas, que una nueva catástrofe podía suceder antes de un año, ya que los ajustes derivados del primer seísmo necesariamente provocarían importantes movimientos tectónicos en la zona.

Con el reciente recuerdo del terrible maremoto del 26 de diciembre pasado, de magnitud 9,3 y que causó más de 300.000 muertos y desaparecidos en once países ribereños del Océano Indico, así como 1,5 millones de damnificados, los países de la zona reaccionaron con rapidez, con evacuaciones y alertas. En esta ocasión no surgieron dudas o se produjeron demoras fatales. El epicentro fue localizado a unos 30 kilómetros de profundidad en el océano Indico, y a unos 200 kilómetros de la localidad de Sibolga, en la costa occidental de Sumatra.

El Servicio Geológico estadounidense considera que el terremoto de ayer, que habría liberado una energía 20 veces inferior a la desatada por el trágico seísmo de diciembre, sería una réplica de éste, a pesar del tiempo transcurrido.

Por su parte, el Instituto de Geofísica de Estrasburgo (Francia), apoyándose en los tres meses transcurridos, considera el de ayer un terremoto independiente.

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