Cada año se generan entre 20 y 50 millones de toneladas de basura electrónica en el mundo

La mayor parte de estos residuos termina en ciudades-vertedero de China
Por EROSKI Consumer 12 de febrero de 2008

En el mundo se generan entre 20 y 50 millones de toneladas de basura electrónica anuales. Entre el 50% y el 80% de esta chatarra tecnológica acaba en ciudades-vertedero de China o en otros lugares de Pakistán, India y Nigeria.

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Guiyu, por ejemplo, una ciudad situada en la provincia de Guangdong (sur de China), se ha convertido en el mayor vertedero de basura electrónica de la Tierra. En esta urbe acaba buena parte de los residuos tecnológicos que se generan cada año en todo el planeta. De los 150.000 habitantes de Guiyu, el 95% se gana la vida abriendo y desmontando ordenadores y otros aparatos electrónicos, exponiéndose, sin ningún tipo de medida de seguridad, a numerosos componentes tóxicos, como plomo, cadmio o mercurio.

Y todo ello pese a que China suscribió la Convención de Basilea, que prohíbe a los países desarrollados exportar su basura electrónica a las naciones en desarrollo. Sin embargo, ciertas lagunas legales permiten camuflar la chatarra bajo la fórmula de «reparaciones» o «reciclaje». Sólo en EE.UU., el tráfico mundial de basura electrónica genera cada año más de 500 millones de euros.

Problema ecológico y de salud

En la actualidad, se calcula que hay en uso en todo el planeta unos mil millones de ordenadores, que tienen una vida media de entre tres y cinco años. Según un informe de la Asociación Internacional de Reciclaje, en los próximos años se tirarán 3.000 millones de aparatos electrónicos, lo que creará un grave problema ecológico porque sólo el 10% de dicha basura se gestiona correctamente.

La Convención de Basilea prohíbe a los países desarrollados exportar su basura electrónica a las naciones en desarrollo. Sin embargo, ciertas lagunas legales permiten camuflar la chatarra bajo la fórmula de «reparaciones» o «reciclaje»

Al mismo tiempo, este negocio genera un importante problema de salud. Según un estudio de la Universidad Baptista de Hong Kong, los niveles de dioxinas de Guiyu son los más altos del mundo. Los trabajadores que operan con la basura electrónica están ya tan afectados por las sustancias tóxicas que se desprenden de los componentes electrónicos, que sus concentraciones de dioxinas en el cuerpo son entre 50 y 200 veces superiores a lo normal.

El río de Guiyu está ya tan contaminado que sus habitantes deben beber el agua que grandes camiones cisterna traen desde Chengdian, otro pueblo situado a unos 30 kilómetros. Y es que los niveles de plomo en este tramo del río Lianjiang son entre 400 y 600 veces superiores a los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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