La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha liberado 130 ejemplares de tortuga boba (Caretta caretta) en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar como parte del proyecto ambiental encaminado a ampliar el área de anidación de esta especie. Desde que se iniciara el plan de recuperación, en septiembre de 2008, ya se han reintroducido en el sur de España 210 de estas tortugas marinas.
Entonces, se trasladaron a Andalucía 400 huevos de esta especie en peligro de extinción desde la isla de Boavista, en el archipiélago de Cabo Verde. El proyecto, en el que colabora el CSIC, ha criado en cautividad 300 nuevos ejemplares de esta tortuga. De ellos, 247 nacieron de forma natural procedentes de 250 huevos enterrados en las playas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar y otros lo hicieron 53 por medio de procesos de incubación a los que fueron sometidos 150 de estos huevos. Las tortugas que nacieron en las playas se recogieron antes de que llegaran al mar para evitar que fueran depredadas y garantizar su supervivencia. Todas ellas han sido recriadas entre el Centro ´´El Toruño´´ de Cádiz, el Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz de Algeciras y el Aula del Mar de Málaga.
Para controlar que su incorporación al hábitat marino se logra con éxito, llevan consigo un chip subcutáneo identificativo, e incluso, algunos ejemplares han sido liberados con un dispositivo de seguimiento por ultrasonidos. Así se puede certificar su regreso al Océano Atlántico, donde habitan hasta alcanzar la madurez sexual. Es en ese momento cuando se podrá hacer un balance definitivo del éxito del proyecto, porque entonces (se calcula que pueden tardar entre 15 o 20 años) las tortugas deberían regresar a las playas donde nacieron para la puesta de sus propios huevos.
La tortuga marina Caretta caretta es una especie en peligro en todo el mundo. En la actualidad, su único lugar de anidación en el Atlántico oriental es la isla de Boavista, donde su población de tortugas está gravemente amenazada por la caza ilegal y la escasa viabilidad de sus nidos allí. Tanto en esta zona como en Florida, otro de sus escasos hábitats, se ha registrado un claro descenso de la población, mientras que las colonias del Mediterráneo están estabilizadas aunque cuentan con muy pocos miembros.
