Fukushima, un año después en cinco preguntas clave

Varios expertos señalan las claves del presente y futuro de la central de Fukushima y la energía nuclear
Por Alex Fernández Muerza 8 de marzo de 2012
Img fukushima

El 11 de marzo se cumple un año del accidente de la central nuclear japonesa de Fukushima, el más grave (catalogado con el nivel máximo en la escala de accidentes nucleares) desde Chernobil. ¿Cómo se encuentra un año después? ¿Qué falta por hacer? ¿Qué consecuencias económicas, ambientales y sanitarias ha causado? ¿Qué hará Japón con sus centrales nucleares? ¿Ha cambiado el apoyo a la energía nuclear en el mundo? Varios expertos, defensores y detractores de estas instalaciones, responden a estas preguntas clave.

1. ¿Cómo se encuentra Fukushima un año después?

En diciembre, el Gobierno japonés anunciaba el estado de «parada fría» en las unidades 1, 2 y 3 de la central de Fukushima Daiichi. María Teresa Domínguez, presidenta del Foro de la Industria Nuclear Española, se basa en fuentes oficiales para repasar su estado actual: la temperatura de las vasijas y recintos de contención primaria permanecen por debajo de los 100º C y la refrigeración estable. Las piscinas de combustible usado están «bajo control» y se extrae la sal acumulada en el agua. Los escombros radiactivos de los edificios se retiran para introducir robots que analicen las zonas de alta radiación. La construcción de la cubierta para reducir la radiación de la unidad 1 está completa y se han proyectado las del resto de edificios.

Las unidades 1,2 y 3 de Fukushima están en parada fría
Francisco Castejón, doctor en Físicas y miembro de Ecologistas en Acción, también cree que los reactores están fríos, pero subraya que el problema viene de la inestabilidad sísmica de la zona: «Incluso se ha detectado una falla que se abre por debajo de la central». El 13 de febrero se registraba un terremoto de magnitud 6 al este de Japón, aunque la central no sufrió daños, según la empresa propietaria, Tokyo Electric Power Co. (Tepco).

Julio Barea, responsable de Energía y Residuos de Greenpeace España, se preocupa por los escombros: «El 21 de febrero, el Gobierno japonés reconocía haber procesado solo un 5% de los casi 23 millones de toneladas. Los más cercanos a la planta, más de dos millones de toneladas, son radiactivos, sin olvidar los 28.000 millones de metros cúbicos de suelo contaminado». Según Barea, las autoridades todavía no han dicho qué harán con ellos.

2. ¿Qué falta por hacer en Fukushima?

Tepco y el Gobierno japonés han programado varias fases para clausurar los reactores y reducir en lo posible las dosis radiactivas para la población. Según la presidenta del Foro Nuclear, en una primera fase, de tres años, se extraerán los combustibles usados de todas las piscinas. En una segunda fase, de unos seis años, se repararán las contenciones y se llenarán de agua. Después, se eliminará el combustible fundido de las tres primeras unidades, un trabajo que podría durar 25 años.

El experto de Ecologistas en Acción cree que se deberían cubrir los reactores con sarcófagos para evitar las fugas radiactivas. Para ello se deberían asentar sobre losas de hormigón sísmicas por debajo, «un verdadero desafío tecnológico».

En cuanto a la radiactividad de la zona, el Gobierno japonés prevé, con el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), revisar un radio de 20 kilómetros. En zonas con menos de 20 milisievert (mSv) por año podrá iniciarse el regreso de la población evacuada «con las debidas precauciones». También se descontaminarán y reconstruirán las zonas con una exposición mayor, sin llegar a los 50 mSv/año.

En opinión de Castejón, 20 mSv es un criterio «insuficiente» al ser «veinte veces el nivel permitido». Según este físico, algunas acciones para reducir las dosis son «criticables», como echar tierra en parques y patios de colegio contaminados.

Barea señala que la previsión inicial de marzo de 2014 para limpiar las zonas afectadas deberá alargarse: «Nadie en la isla quiere acoger los residuos, salvo Tokio, que albergará una parte, que no son los más próximos a Fukushima». En su opinión, lo más racional sería moverlos lo menos posible y dejarlos en un lugar a salvo de nuevos tsunamis u otros fenómenos naturales.

3. ¿Qué consecuencias económicas, ambientales y sanitarias ha causado?

La Comisión de Seguridad Nuclear nipona estimaba hace cinco meses las pérdidas ocasionadas en 53.864 millones de euros. Según la presidenta del Foro Nuclear, no hay datos suficientes para valorar el alcance económico, ambiental o sanitario del accidente.

El experto de Ecologistas en Acción también considera que es pronto, pero asegura que el tratamiento de la emergencia exterior y las medidas post-accidente fueron «deficientes». Según este experto, se permitió que más de 7.000 personas recibieran altas dosis de radiación y se han detectado elevados niveles de radiación en peces y algas tras los vertidos de agua contaminada al mar. Castejón cree que los efectos se notarán dentro de diez o veinte años, como el aumento de casos de cáncer y enfermedades relacionadas con el funcionamiento deficiente del sistema inmunológico.

4. ¿Qué hará Japón con sus centrales nucleares?

Domínguez indica que solo dos de los 53 reactores japoneses están operativos. Las cuatro primeras unidades de Fukushima Daiichi no funcionarán más y queda por valorar la cinco y seis. Diecisiete unidades están paradas por el terremoto y tsunami y a petición gubernamental y otras 35, por recarga de combustible o parada de larga inspección, «habitual en Japón y también derivada de las pruebas de estrés«.

La presidenta del Foro nuclear español asegura que Japón «ha tenido que hacer un gran esfuerzo en ahorro energético y suplir la producción eléctrica nuclear por ciclo combinado y centrales térmicas«. Según sus homólogos japoneses, el JAIF, no ha habido apagones, pero la situación es «complicada» y la población paga más por la luz.

Para el miembro de Ecologistas en Acción, la opinión pública japonesa está en contra y no sería raro que el Gobierno aprobara un cierre escalonado de las centrales, hasta ganar tiempo para sustituirlas por energías limpias.

5. ¿Ha cambiado el apoyo a la energía nuclear en el mundo?

Los estudios realizados en la Unión Europea tras el accidente muestran algunos países, como Alemania y Suiza, cuya oposición a la energía nuclear ha aumentado de manera significativa. Otros, como Reino Unido, Finlandia o Francia, con planes para construir más centrales, no se echan atrás. Castejón recuerda a países como Italia, que ha suspendido los estudios para construir cinco nuevos reactores, o China, que ha puesto sus nuevos proyectos en moratoria.

En España, el Foro Nuclear ha realizado dos encuestas, una tras el accidente y otra en febrero. El porcentaje de ciudadanos «muy o más bien favorables» a la energía nuclear ha pasado del 24% al 28%; los «muy o más bien contrarios», del 64% al 46%.

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