Sobrepesca

La sobreexplotación de los recursos marinos pone en peligro su supervivencia
Por EROSKI Consumer 8 de noviembre de 2005

El 60% de las especies comerciales más importantes del mundo están sobreexplotadas o agotadas, y sólo el 25% de los recursos pesqueros actuales se consideran constantes. La sobrepesca, un problema que afecta tanto a grandes mares y océanos como a ríos, es una amenaza que pone en peligro la supervivencia de los recursos marinos, y por ello, la disponibilidad de una importante fuente de alimento para la población mundial. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), si no se quieren dañar los caladeros, no se deberían capturar más de 100 millones de toneladas de las especies ahora explotadas, cifra que ya se ronda en la actualidad. De los 280 caladeros vigilados por la FAO, unos 250 están excesivamente explotados

De los 280 caladeros vigilados por la FAO, unos 250 están excesivamente explotados
. Como consecuencia de esta sobrepesca, algunas de las principales zonas pesqueras del Atlántico, el Pacífico y el Índico ya están sufriendo de manera drástica el descenso de capturas. Según un informe de la Unión Europea (UE), los principales mares europeos (mar del Norte, Cantábrico, Mediterráneo, mar Negro y Báltico, así como la zona del océano Atlántico que bordea la península Ibérica) se encuentran amenazados.

La sobrepesca es la fuente principal de destrucción de la biodiversidad marina y el equilibrio ecológico,

La sobrepesca es la fuente principal de destrucción de la biodiversidad marina y el equilibrio ecológico
fruto de la actuación de flotas pesqueras con una enorme capacidad de captura y almacenamiento, caracterizada por la utilización de malas prácticas que arrasan el fondo marino. Desde especies más comunes como el bacalao, la anchoa, el atún, el bonito, el salmón, el lenguado, la merluza, el rape, el gallo, el salmonete y la cigala, hasta otras menos conocidas como la raya común o el bagre manchado pasando por cetáceos o peces espadas, se hallan en una situación de extremo peligro. Los daños de la sobrepesca no terminan en las especies objetivo de la actividad pesquera, ni en aquellas que son capturadas de forma accidental como mamíferos marinos o aves y que son devueltas al mar muchas veces muertas, sino que también afectan cada vez más a los ecosistemas marinos de los que estas especies forman parte.

Los científicos advierten de que esta sobreexplotación traerá como consecuencia cambios posiblemente irreversibles. Según un estudio publicado en la revista ‘Science’, al menos la mitad de las especies de peces marinos de todo el mundo podría haber desaparecido en los últimos 50 años, debido sobre todo a la sobrepesca, aunque también por causa de la contaminación y el cambio climático. En dicho estudio, sus autores calculan que la diversidad de estas especies se ha reducido entre un 10% y un 50%, siendo las principales especies de depredadores, como los tiburones, el atún, el pez espada o el pez vela, los que más han sufrido esta desaparición. Asimismo, un informe de la FAO señala que el esfuerzo pesquero excesivo sobre algunos caladeros está produciendo cambios en la estructura genética de diferentes especies comerciales, que han provocado la aceleración de sus etapas de crecimiento y ciclos de madurez reproductora y la merma de su tamaño medio.

Para evitar las consecuencias de este fenómeno, la UE ha realizado una serie de reformas desde 2001, como la eliminación de las subvenciones que favorezcan un exceso de capacidad de producción. Recientemente, la Comisión Europea (CE) presentaba la Estrategia Temática sobre la Protección y la Conservación del Entorno Marino, que pretende resolver los problemas medioambientales de los mares y océanos de todo el territorio europeo para volver a una situación de normalidad en 2021.

Cómo evitar la sobrepesca

La sobreexplotación de los recursos marinos podría evitarse tomando una serie de medidas, entre las que se encuentran las siguientes:

  • Establecimiento de normativas internacionales que reduzcan y controlen a las grandes flotas pesqueras industriales, persiguiendo a los denominados barcos con bandera de conveniencia o buques pesqueros ilegales.
  • Potenciación de una acuicultura sostenible. La acuicultura o la cría de animales y plantas acuáticos produce en la actualidad más de una cuarta parte de la pesca total mundial.
  • Ampliación del número de estudios científicos que controlen las reservas marinas mundiales y alerten de sus posibles peligros.
  • Desarrollo de una red de parques marinos para salvar a los océanos del mundo de la extinción de peces y la creciente contaminación.

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