Entrevista

Juan Carlos del Moral, experto en aves comunes de SEO/BirdLife

En Londres el gorrión se ha extinguido, y en Madrid o Barcelona vamos por el mismo camino
Por Alex Fernández Muerza 9 de enero de 2015
Img juancarlosmoral seo hd
Imagen: Seo/BirdLife

Si Gustavo Adolfo Bécquer viviera en la actualidad, tal vez no hubiera escrito su famosa estrofa “volverán las oscuras golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar”. Europa ha sufrido en los últimos 30 años una grave disminución de aves comunes, como la citada golondrina, o unas aves típicas en las ciudades, como el gorrión. Gracias al trabajo de miles de voluntarios y de diversas organizaciones científicas se ha estudiado las especies de aves comunes y se estima que hay unos 421 millones de ejemplares menos. Juan Carlos del Moral, coordinador del Área de Estudio y Seguimiento de Avifauna de SEO/BirdLife, señala que la golondrina ha perdido en España un 40% de su población y los gorriones, un 10%. Según este experto, el uso de insecticidas de nueva generación en el campo, al igual que en el caso del declive de las abejas, es una de las principales causas.

¿Qué principales conclusiones destaca sobre la disminución de aves comunes registrada en los últimos años?

Hay un gran número de especies, como gorriones, golondrinas, mirlos, vencejos, etc., que parecían muy abundantes, pero hasta ahora no habíamos seguido su dinámica de poblaciones. Desde hace unos años, gracias al trabajo de miles de voluntarios, hemos comprobado que tienen un declive muy preocupante y algunas deberían estar clasificadas como amenazadas según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), como la cigüeña negra, el águila imperial o el buitre negro, que de seguir así, en pocas décadas tendrán problemas de supervivencia.

¿Qué datos subrayaría en el caso de las aves comunes en España?

“Especies de aves comunes como golondrinas o gorriones tienen un declive muy preocupante”
Hacemos seguimiento de toda la avifauna española, 450 especies, más o menos comunes, y tenemos muy clara la tendencia de 160 especies, de pequeños pájaros que pueden verse a nuestro alrededor, sin necesidad de ir a un espacio protegido, como varias especies de gorriones, mirlos, pardillos, vencejos, golondrinas, verdecillos, etc. De esos 160, hay 37 que nos preocupan mucho porque tienen un declive muy acusado, como el alcaudón real. También hay algunas que están estables y otras que están en aumento, cerca de 30 especies, no todo es malo. La mayoría de las especies en declive están ligadas a los medios agrícolas y la mayoría de las que están en aumento están ligadas a los medios forestales.

¿Qué está pasando en los medios agrícolas?

El abandono del campo, los sistemas agrícolas y ganaderos se han transformado, ya no vemos rebaños. Los productos fitosanitarios utilizados contra las plagas son salvajes. Los herbicidas fulminan todos los insectos y eso elimina toda la vida básica, que luego da de comer a numerosos micromamíferos y aves pequeñas. Los insecticidas de nueva generación, como los neonicotinoides, involucrados en el declive de las abejas, impregnan la planta y cuando llega el insecto muere o afecta a su sistema nervioso, que hace que también muera. Estamos matando toda la base de la cadena trófica, de la que comen pequeños y grandes pájaros. Ya no hay vida en el campo, como cuando se iba antes, que se veían saltamontes.

¿Cuáles son las aves comunes más afectadas?

La golondrina común en 2006 se calculaba que tenía unos 30 millones de ejemplares en España. Han desaparecido un 40%. El gorrión común tenía unos 50 millones y ahora son un 10% menos. En grandes ciudades como Londres y Praga, el gorrión se ha extinguido, y en Madrid o Barcelona vamos por el mismo camino. Si se sigue con la dinámica de los últimos 20 años, en muy pocas décadas no tendremos tampoco gorriones en las grandes ciudades españolas como Madrid o Barcelona.

¿Qué problemas tienen los gorriones?

La paloma sigue creciendo y compite por el alimento con el gorrión. En los nuevos barrios se han eliminado los agujeros de las casas, no hay árboles viejos con huecos, que es donde crían los gorriones. Además están entrando nuevas especies, como las urracas o las cotorras, que también están contribuyendo a ese declive de los gorriones.

¿Cómo nos afecta la desaparición de las aves comunes?

“La golondrina común ha disminuido un 40% en España”
De diferentes formas. Eliminamos la vida a nuestro alrededor, la biodiversidad. No solo es un sentimiento de tristeza porque ya solo ves bloques de edificios, sino que si sales de nuestro entorno, provoca que todos los sistemas naturales se distorsionen, no se producen las polinizaciones como antes y muchas plantas tendrán problemas. El uso de neonicotinoides no solo está afectando a los insectos, sino también a la salud de los seres humanos.

Pero se supone que estos productos han pasado controles y no nos deberían afectar.

Fueron unos controles débiles y ahora se han empezado a prohibir.

El declive de las aves comunes fue uno de los temas de debate del XXII Congreso Español de Ornitología, celebrado recientemente en Madrid. ¿Qué otras conclusiones se sacaron del mismo?

No debemos centrar solo los esfuerzos en los espacios protegidos, sino hacerlo de manera general. Estos espacios son islas y por sí solas no viven. Tenemos que hacer un crecimiento y un uso del territorio mucho más sostenible, más beneficioso para la fauna y flora en general. La sociedad está cada vez más sensibilizada y participa, como prueba los miles de voluntarios que están ayudando a conseguir esta información.

¿Se hacen suficientes esfuerzos de conservación?

No. Se han declarado espacios protegidos, como las zonas especiales para las aves, hemos luchado para que haya una Red Natura 2000 amplia. Se ha conseguido esa red y ahora hay que dar el siguiente paso. Cada espacio debe contar con su plan de gestión cuanto antes para que esa protección sea efectiva. No vale de nada decir que un espacio está protegido si no se limitan o restringen los usos para que la población sobreviva y pueda vivir de forma sostenible.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos para hacer frente a este problema?

Concienciarnos, exigir más calidad en los sistemas de explotación y alimenticios, movilizarnos contra los productos agrarios que no sean adecuados, apoyar a las entidades que denuncian malas prácticas y realizar un modo de vida más sostenible.

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