El día a día en Unidades de Cuidados Intensivos

Las UCI están destinadas al cuidado del paciente crítico y se caracterizan por el uso de la tecnología médica más avanzada y una atención especializada permanente
Por Montse Arboix 19 de junio de 2006

Los cuidados básicos son prácticamente los mismos para todos los pacientes. Pero cuando un enfermo presenta un estado crítico, cuando sus funciones vitales son tan inestables que puede empeorar súbitamente, precisa servicios integrales de atención médica y de enfermería de forma permanente y constante, además de equipos e instrumental que aseguren el adecuado control de diagnóstico y tratamiento del paciente.

Cuando una persona presenta un estado crítico, ya sea actual o potencial, requiere la totalidad de conocimientos médicos y de enfermería: observación estricta, atención y control total y preciso, y capacidad de tomar decisiones irreversibles de forma rápida y correcta, para su supervivencia. Cada detalle es crucial. Los pacientes críticos, aunque pueden presentar multitud de problemas físicos como respiratorios, cardiovasculares, gastrointestinales y neurológicos (no siendo excluyentes entre ellos), pueden requerir unos cuidados esencialmente diferentes.

A parte del seguimiento médico, se brinda un cuidado integral de la persona que conlleva un abanico muy amplio en cuanto a necesidades básicas relacionadas con la fisiología (respirar con normalidad, comer y beber, eliminar desechos, movimiento y mantenimiento de la postura adecuada, descansar y dormir, mantener una temperatura corporal adecuada), la seguridad (higiene corporal y evitar peligros del entorno), la autoestima (comunicarse, expresar emociones, necesidades, miedos), con la pertenencia grupal (culto a una religión) y con la auto-actualización (trabajar, recrearse y satisfacer su curiosidad). Estas necesidades que son básicas de todo ser humano, debido al problema de salud no pueden satisfacerse. Es entonces, y de una manera más agudizada en pacientes críticos los cuales muestran gran o total dependencia, cuando el personal de enfermería actúa para que todas ellas estén cubiertas.

Sobrecarga sensorial

La luz, la soledad y la multitud de ruidos junto con el estrés provocan un efecto negativo en el paciente

Especialmente en las en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), el paciente está expuesto continuamente a un ambiente de urgencia, con una sobrecarga sensorial debida a estímulos externos como la luz, la soledad, la pérdida de identidad, la multitud de ruidos que produce todo el aparataje durante las 24 horas del día, a parte de la actividad diaria y frecuentemente frenética de la unidad.

A estos factores se une una alteración del estado emocional, derivado de la amenaza de dolor o lesión corporal y la sensación de pérdida de control sobre uno mismo. Esta situación genera una alteración tanto física como emocional que puede desencadenar un estado de angustia o estrés, respuesta fisiológica y conductual del individuo, que intenta adaptarse a la situación. Comúnmente se acompaña de dificultad por conciliar el sueño, alteraciones en signos vitales, como taquicardia e hipertensión, mareos, náuseas y aumento de dolor.

La luz, que suele permanecer encendida las 24 horas, puede hacer perder la sensación de día y noche. También puede perderse la noción del tiempo, del ciclo del sueño y de la rutina de las comidas. Los pacientes en la UCI raramente completan un ciclo entero de sueño (de entre 80 a 120 minutos) debido a las constantes interrupciones, ruido y luces.

Algunos estudios señalan que esta deprivación del sueño es parte responsable de las respuestas delirantes, una respuesta global frente al entorno y a la enfermedad. La sedación resulta básica y fundamental en estos pacientes, sobre todo en aquellos con ventilación mecánica, tanto por el compromiso pulmonar en pacientes postoperados como en los que presentan fallo respiratorio agudo. Aunque es difícil asegurar que una adecuada sedación influye en la morbimortalidad, hay estudios que concluyen que sí intervienen sobre la confortabilidad del paciente y la estancia hospitalaria. Existe la opinión generalizada desde el sector sanitario que los pacientes permanecen con dosis más insuficientes de analgésicos y sedantes de lo que cabría esperar, aunque una excesiva sedación podría prolongar la estancia.

¿VISITAS RESTRINGIDAS O RÉGIMEN ABIERTO?

Img familiaresuci La familia es un elemento crucial en el proceso de salud-enfermedad de todos sus integrantes. Cualquier proceso de enfermedad que afecte a uno de sus miembros altera su equilibrio. El ingreso de un paciente con alto grado de aislamiento, como son las UCIs, supone una barrera física y emocional para todos sus integrantes. Por consiguiente, tiene repercusiones que no solo afectan al binomio paciente-familia, sino también al sistema de salud. En estudios recientes se manifiesta que la familia presenta un estado de ansiedad elevado durante toda la estancia, relacionado con la evolución del proceso y con la falta de contacto con el paciente.

La necesidad de contar con un régimen de visitas más abierto ya fue descrito por primera vez en 1979, y desde entonces ha suscitado controversias en la mayoría de las UCIs. Las necesidades de los familiares han sido largamente estudiadas. En una revisión de la literatura se encuentra una coincidencia en la priorización de estas necesidades, desde un aumento de la calidad y cantidad de la información hasta de disponer de un régimen de visitas más abierto y poder participar en los cuidados que se le prestan al paciente, como la asistencia en la alimentación y la higiene.

En España, la mayoría de unidades de este tipo tiene un régimen restrictivo de visitas, en las que entran uno o dos familiares, siendo imposible que se impliquen en el proceso de cuidados del enfermo. En la práctica diaria se llevan a cabo multitud de tareas de relación con los familiares de los pacientes ingresados en UCI, aunque mayoritariamente se basa en la información exclusiva del diagnóstico, pronóstico y tratamiento. Este es el enfoque biomédico tradicional, orientado al paciente y a su enfermedad, aunque según el código deontológico existe una obligación legal de prestar asistencia y cuidados a los familiares de los pacientes ingresados, según se recoge en la declaración de derechos del paciente crítico.

Estudios llevados a cabo en este tipo de unidades con sistema de visitas abiertas y publicados en American Journal Critical Care y Journal of Advanced Nursing muestran que permitir el contacto de forma continua influye positivamente tanto en el aspecto emocional como en su recuperación. Una investigación publicado en Herat&Lung concluye que las visitas no producen efectos adversos, ya que la posible desestabilización hemodinámica (alteración en la tensión arterial, frecuencia cardiaca y presión intracraneal) se normaliza pasados 10-15 minutos.

Las nuevas tendencias abogan por prestar asistencia a los familiares a la vez que al propio paciente en relación al soporte, confort, información, proximidad y seguridad, sobretodo en el caso de pacientes terminales. La liberación del régimen de visitas tiene un efecto más positivo para pacientes y familiares que para el funcionamiento de la unidad en sí. Básicamente, depende de la opinión de los profesionales y de las cargas de trabajo de la unidad.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube