Terapia asistida con leones marinos

La mejora de la autoestima y la comunicación con otras personas y el entorno destacan entre los beneficios que aporta
Por Clara Bassi 24 de agosto de 2008
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Imagen: OCVA

La terapia asistida con leones marinos es un tratamiento complementario a otros que ya reciben niños autistas o con parálisis cerebral que pretende mejorar su bienestar y el de su familia. Aunque se halla en fase experimental y el único grupo que la aplica se encuentra en Elche, sus impulsores empiezan a observar pequeñas mejoras en estos niños al término de cada sesión.

Iniciativa única

Mejorar la autoestima y el estado de ánimo, favorecer la comunicación y el contacto con otras personas. Estos son algunos de los beneficios reconocidos a distintos tipos de terapias animales y las razones que han impulsado a la Fundación Río Safari, de Elche (Alicante), a desarrollar un programa de este tipo para niños y sus familias. Se trata de una iniciativa única en el mundo, según la información de que disponen actualmente sus artífices.

En niños con parálisis cerebral se busca aumentar la estimulación sensorial, visual, táctil y auditiva

La idea de ponerla en marcha surgió tras observar los buenos resultados que se obtenían con la terapia con otros animales acuáticos, como los delfines, y constatar que los leones marinos del parque son dóciles y están habituados al contacto con los seres humanos. De hecho, antes de iniciar esta singular terapia con niños, estos animales ya habían interactuado con adultos en baños con personas que forman parte de las actividades del parque de conservación de animales Río Safari.

La ventaja de trabajar con leones marinos es que, a diferencia de los delfines, también pueden estar en tierra, lo que en el futuro permitiría dar continuidad a los ejercicios que se practican en el agua durante el invierno, según información aportada por Silvia Sebastiá, psicóloga y terapeuta responsable de la dirección de este proyecto, de su diseño, coordinación e investigación.

Esta experiencia pionera se inició en 2007 en el seno de este parque de conservación de Elche con el apoyo de varias asociaciones de pacientes y, este 2008, con el de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Alicante (ADEMA). Inicialmente, sólo se aplicó a niños, mientras que en esta segunda edición también se ha incluido a sus familiares, que hacen de guía, y que este año son madres, aunque también está abierto a los padres. Los pequeños beneficiarios en esta edición del programa han sido niños con rasgos autistas y con parálisis cerebral.

Junto a los niños y su familiar guía, comparten la piscina Silvia Sebastiá junto con dos coterapeutas más, los entrenadores de los animales y, naturalmente, los que hacen posible esta terapia: Curro y Aragón, dos leones marinos de California, machos de cinco años. Entre todos, forman un pequeño ecosistema de seres de distintas especies que interactúan en la piscina del parque, donde en cada sesión puede llegar a haber hasta trece individuos entre personas y animales, “no más, para que los leones marinos se sientan libres para trabajar”, según Sebastiá.

Las premisas de la terapia

Las premisas de la terapia

Previamente al inicio del programa, la terapeuta evalúa a todos los niños, define los objetivos terapéuticos para cada uno de ellos e indaga si están habituados al contacto con los animales, si ya han probado otras terapias parecidas, sea con delfines o con caballos, por ejemplo, y si tienen una buena predisposición a estar en el medio acuático, para asegurarse de que vayan a encontrarse cómodos y a interactuar con los animales marinos. De hecho, las primeras sesiones se dedican a la habituación y aclimatación de los niños participantes al animal.

Otro pilar crucial para el éxito del programa es el cuidado de los leones marinos, que están perfectamente entrenados para obedecer las órdenes de sus entrenadores y que tienen las vacunas en regla. Asimismo, los entrenadores velan en todo momento por el bienestar físico y psíquico de los animales, a fin de que no se estresen, asegurándose de que descansen bien después de cada sesión y proporcionándoles una buena alimentación.

La terapia asistida con leones marinos debe tomarse como un tratamiento complementario

La terapia asistida con leones marinos en ningún caso debe tomarse como un tratamiento único, sino complementario, y nunca debe sustituir a otras terapias que estén recibiendo estos niños. Por ejemplo, los autistas siguen un programa de estimulación en el colegio que, durante el verano, queda interrumpido. Ese espacio muerto durante la época estival se podría suplir con la terapia asistida con estos animales. Los efectos son adicionales, explica Sebastiá.

¿Cómo son las sesiones?

La sesión estándar dura 45 minutos y se realiza dos veces por semana. El programa comprende 18 sesiones en total. Cada una de ellas incluye tres fases. La primera es de juegos y socialización, que tiene una duración de unos diez minutos, y es la más lúdica de todas. El objetivo de esta fase es motivar y estimular al niño, jugando con la pelota e invitándole a desplazarse por el agua.

La segunda busca la relajación de los niños, mediante un programa de ejercicios, movimientos y desplazamientos que les generen tranquilidad y relajación. Y en la tercera, todos los miembros del equipo trabajan juntos en el agua: los entrenadores, que se encargan de que el animal haga lo que tiene que hacer, el terapeuta y los dos coterapeutas, el niño y la madre. Aunque este programa de terapia asistida se realiza en grupo, en esta fase también hay espacio para el trabajo individual. Así, si un niño está muy apegado a la madre, se intenta trabajar esta área.

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