Estado vegetativo y nivel de consciencia

Los sorprendentes hallazgos de una resonancia magnética practicada a una mujer en estado vegetativo reabren el debate sobre el grado de consciencia
Por Teresa Romanillos 29 de septiembre de 2006

Los neurocientíficos han reiniciado el debate acerca de hasta qué punto los pacientes en estado vegetativo son conscientes de su entorno. Un estudio parece demostrar ahora que un individuo en ese estado puede responder a órdenes verbales. El estudio, publicado recientemente en Sciencie, ha trascendido a la opinión pública no tan sólo por lo sorprendente de los hallazgos sino por las connotaciones éticas que pueden derivarse.

La investigación publicada en Science corresponde al caso de una paciente, una mujer de 23 años que había sufrido lesiones cerebrales graves como resultado de un accidente de tráfico en 2005. En las exploraciones posteriores no mostró signos de consciencia, y al cabo de cinco meses se determinó que se encontraba en estado vegetativo. No respondía a órdenes ni manifestaba ningún tipo de emoción. Tenía un patrón de sueño normal pero cuando abría los ojos no seguía a nadie con la mirada. Ni tan solo la fijaba.

Incógnitas en el diagnóstico y tratamiento

Con el fin de medir sus reacciones neurológicas y su grado de consciencia, los científicos del Consejo de Investigaciones Médicas de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y del Departamento de Neurología de la Universidad de Lieja (Bélgica), sometieron a la paciente en estudio a una exploración de resonancia magnética funcional. Para determinar las diferencias, un grupo de voluntarios sanos también fueron sometidos a la exploración. En el examen se pidió a la paciente que imaginara que estaba jugando un partido de tenis y, posteriormente, que recorría las habitaciones de su hogar.

En los momentos en que se le pidió que imaginara que jugaba a tenis, la zona motriz de su cerebro mostró un alto nivel de actividad. Por el contrario, cuando se le solicitó que recorriera su casa, esa actividad fue observada en otro sector de su cerebro. Pero lo que es más importante, según señala el informe, es que las imágenes de sus reacciones neurológicas fueron exactamente iguales a las observadas en los voluntarios. Según los autores, estos resultados confirman que, pese a cumplir los criterios clínicos de un estado vegetativo, esta paciente mantuvo su capacidad de comprender órdenes y de responder a ellas a través de su actividad cerebral, aunque no a través de la voz o el movimiento.

El estado vegetativo es aquel en que un paciente que ha salido del coma parece estar despierto pero no muestra signos de estar consciente. Gracias a las nuevas técnicas de imágen cerebral se ha observado que estos pacientes preservan unas islas de actividad cerebral que no eran detectadas por los exámenes tradicionales y que pueden preservar en cierta forma su capacidad cognitiva para procesar información. A pesar de que los investigadores subrayan que es un caso único que no permite sacar conclusiones, estos hallazgos abren el debate acerca de lo que constituye el estado vegetativo así como incógnitas respecto al tratamiento y la posibilidad de rehabilitación de este tipo de pacientes.

Estado vegetativo persistente

Un paciente en estado vegetativo parece estar despierto pero no muestra signos de estar consciente

En ciertos casos, después de un traumatismo cerebral, una falta de oxígeno o de una enfermedad que afecte gravemente al cerebro, un individuo puede entrar en estado vegetativo. En esta situación el paciente puede respirar y deglutir espontáneamente, alterna períodos de sueño aparente con períodos de vigilia, e incluso tener reacciones de sobresalto ante ruidos fuertes. Pero ha perdido, de manera temporal o permanente, la capacidad de moverse de forma voluntaria, pensar y de actuar conscientemente. Es importante que el diagnóstico del estado vegetativo sea preciso, diferenciándolo de otras alteraciones del nivel de consciencia: coma, muerte encefálica, enclaustramiento, mutismo acinético (trastorno del comportamiento caracterizado por la incapacidad de hablar o moverse en pacientes despiertos) o fases terminales de demencia.

El caso más grave de pérdida de consciencia es el de la muerte cerebral. En este estado, el cerebro ha perdido todas las funciones vitales de manera permanente, incluyendo la capacidad de respirar, por lo que sin medicación y sin ventilación mecánica asistida, la muerte ocurre rápidamente. Las definiciones legales aceptadas consideran que un individuo está clinicamente muerto cuando su cerebro ha cesado de funcionar, a pesar de que el corazón continúe latiendo. En caso de que persista alguna duda, un electroencefalograma (registro de la actividad eléctrica del cerebro) mostrará que no existe actividad. El estado de enclaustramiento es una situación poco frecuente que se produce por lesiones en el tronco cerebral, en la cual la persona está consciente y puede pensar pero tiene una parálisis tan grave que sólo puede comunicarse abriendo y cerrando los ojos para contestar a preguntas. Esta situación suele presentarse en casos de parálisis grave de los nervios periféricos o en ciertos accidentes vasculares cerebrales.

El diagnóstico de estado vegetativo exige una observación muy detallada, que obliga a descartar cualquier tipo de actividad que suponga intención o contacto con el medio externo. Hay que valorar las observaciones efectuadas por los acompañantes del enfermo y por el personal de enfermería muy cuidadosamente, sin despreciarlas ni asumirlas directamente sin comprobación, para evitar que algunos estados mínimos de consciencia pasen inadvertidos y se confundan fácilmente con el estado vegetativo.

PILDORAS PARA DESPERTAR

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Un equipo de médicos sudafricános y británicos han logrado que tres pacientes en estado vegetativo ‘despertasen’ durante varias horas con zolpidem, fármaco que toman cada noche millones de insomnes. La droga permitió a los pacientes hablar con su familia y amigos, antes de que sus efectos desaparecieran. Esta investigación, publicada recientemente en la revista NeuroRehabilitation, ha supuesto un hallazgo sorprendente.

Según refirió uno de los investigadores el descubrimiento fue fortuito; uno de los pacientes presentaba movimientos continuos por lo que se intentó calmarlo con una de estas píldoras y sorprendentemente ‘despertó’ a los 15 minutos. Se trata realmente de una paradoja; según la hipótesis del Ralph Clauss, autor del estudio, podría ser que el proceso cerebral que controla el sueño se alterara tras un traumatismo grave y sometiera al cerebro a este estado. El efecto parece depender del sistema GABA, neurotransmisor o mensajero molecular al que se unen los receptores que se encuentran en superficie de las células cerebrales.

Esta unión, entre otras cosas, induce el sueño. Normalmente el zolpidem facilia este proceso. Puede ser que en algunos cerebros extremadamente dañados este sistema se vuelva hipersensible; en este caso, el cerebro persistiría en este estado vegetativo en el que el paciente puede respirar sin ayuda pero en el que parece insensible a todo lo que ocurre a su alrededor. Podría tratarse de un mecanismo de autoprotección del cerebro, en un intento de preservarse del estrés. El autor intuye que el zolpidem puede cambiar la forma en la que los receptores son hipersensibles al GABA, permitiendo así al paciente despertar.

Las conclusiones del estudio tienen sus opositores. Según declaraciones a la BBC, Mike Barnes, profesor de rehabilitación neurológica en el Centro Hunters Moor de Newcastle (Reino Unido), comentó que era posible que estos pacientes no tuvieran un auténtico estado vegetativo persistente y que el fármaco podría estar desenmascarando condiciones de las cuales las personas son capaces de despertar temporalmente. Asimismo, se refirió a un estudio llevado a cabo por especialistas hace 10 años que había demostrado que hasta el 45% de los pacientes diagnosticados de estado vegetativo, en realidad mostraban un rango de condiciones diferentes, de las cuales se podía despertar.

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