Mordeduras de serpiente

A pesar de afectar a un escaso número de personas, seguir unos sencillos consejos de prevención y primeros auxilios evitaría muchos accidentes
Por Montse Arboix 9 de julio de 2010
Img serpiente
Imagen: luis rock

Es difícil saber con exactitud el número de mordeduras de serpientes en todo el mundo. En España, se estima que unas 1.000 personas precisan ingreso en un hospital por este motivo y de 3 a 5 fallecen cada año. La tasa de mortalidad en Europa y Estados Unidos es del 2%. Todas las lesiones están provocadas por víboras, la serpiente venenosa más frecuente en la península ibérica. La mayor parte de las mordeduras se registran de abril a octubre y, a pesar de que afectan a personas de todas las edades, los efectos más graves se desarrollan en ancianos, niños y en personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular. Saber qué medidas adoptar cuando se acude a zonas montañosas para prevenir una mordedura, cuáles son los primeros auxilios que se deben realizar y, más importante si cabe, qué no debe hacerse nunca, evita males mayores.

Las mordeduras de serpiente son, a menudo, accidentales y localizadas en brazos y piernas. Si son venenosas, la posibilidad de morir depende de la cantidad de veneno inyectada, a pesar de que los datos sugieren que, sin tratamiento, el número de fallecimientos no supera el 10%. La gravedad es mayor cuando: se localiza en tronco o cara, el animal es joven (la mordedura es más agresiva y el veneno, más concentrado) o tiene un gran tamaño (inocula más veneno), si se muerde en un vaso sanguíneo o si la víctima es niño, anciano o tiene antecedentes de enfermedad cardiovascular.

En los casos más graves, la víctima fallece por parada cardiorrespiratoria, por hemorragias generalizadas, insuficiencia renal o shock anafiláctico. Cuando la inoculación de veneno es importante, se utiliza suero antiviperino, que elabora el Instituto Pasteur y es útil para todas las especies de ofidios venenosos del continente europeo.

Mejor prevenir

La prevención es básica ante este tipo de picaduras. Si se siguen las recomendaciones de los expertos, se pueden impedir muchos accidentes. Hay que prescindir de lugares donde se puedan esconder las serpientes, como son las rocas y troncos, y no se deben introducir manos ni pies en lugares sin visibilidad. Aunque la mayoría de las especies que se localizan en España no son venenosas, hay que evitar jugar o molestarlas, ya que, además de ser la manera en que ocurren la mayoría de mordeduras graves, al ser animales portadores de multitud de bacterias, causan heridas que se infectan de manera fácil.

En excursiones a la montaña hay que llevar botas de caña alta, calcetines gruesos y pantalones largos de tela gruesa

Todas las personas que acuden a lugares donde es fácil encontrarlas deberían llevar indumentaria adecuada (botas de caña alta, calcetines gruesos y pantalones largos de tela gruesa) y un botiquín con el material indispensable. También es recomendable tener a mano el teléfono del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses915 620 420– disponible las 24 horas para urgencias toxicológicas, para pedir información ante mordeduras o picaduras de otros animales. En un área de poca visibilidad, no está de más tantear el recorrido con un bastón. Ante el ruido, las serpientes tienden a marchar y muerden como último recurso.

Primeros auxilios

Ante una mordedura de serpiente, los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU., en la revisión de este mismo año, insisten que sólo si se está totalmente seguro de que es una especie no venenosa, hay que tratarla con urgencia.

  • Primero hay que mantener al herido calmado, restringir sus movimientos y dejar el área afectada por debajo del nivel del corazón para reducir el flujo del veneno, mientras se pide ayuda a los servicios de emergencias (teléfono 112). Hay que trasladarle a un lugar seguro y, sobre todo, evitar nuevas mordeduras.

  • Si se dispone de una bomba de succión, como la de algunos botiquines que se pueden obtener en tiendas especializadas en deportes de montaña, hay que seguir, de forma estricta, las instrucciones del fabricante. Si no, basta con aplicar un desinfectante y cubrir la herida con una gasa.

  • Es fundamental retirar los anillos u objetos que constriñan el área afectada. Ayuda colocar una férula, tablillas o cualquier otro dispositivo que inmovilice la zona de la mordedura sin apretarla.

  • Si el lugar de la mordedura se hincha y cambia de color, es probable que la serpiente fuera venenosa.

  • Vigilar las constantes vitales, como pulso y respiración. Si la persona empieza a palidecer (puede ser signo de shock), hay que levantar las piernas unos 30 cm de altura y cubrirla con un abrigo, toalla o similar. Puede ser útil saber realizar la técnica de reanimación cardiopulmonar.

  • Si es posible, y no entraña ningún riesgo, hay que entregar la serpiente muerta a los servicios de emergencia, pero en ningún caso hay que perder tiempo en cazarla ni arriesgarse a que muerda a alguien más. Este animal puede morder por reflejo hasta una hora después de muerto.

De la misma manera, se recomienda no realizar bajo ningún concepto determinadas acciones tenidas por correctas.

  • No dejar que la persona se esfuerce.
  • No aplicar torniquetes, ni compresas frías, ni hielo, ni cremas en el lugar de la mordedura.
  • No cortar el área afectada con una cuchilla ni succionar el veneno con la boca.
  • No dar de beber ni de comer.
  • No administrar ningún medicamento. Si el dolor es insoportable, los especialistas recomiendan administrar un paracetamol, nunca aspirina ni antiinflamatorios.
  • No levantar la zona afectada por encima del nivel de la cabeza.
SERPIENTES VENENOSAS EN ESPAÑA

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Las serpientes venenosas se pueden clasificar en cinco familias: “columbridae”, “elapidae”, “hydrophiidae”, “viperidae” y “crotalidae”. En España, se encuentran dos de ellas: la “viperidae” y la “colubridae”. De la primera son la “Vipera áspid” (víbora áspid), que se extiende por la franja pirenaica y prepirenaica, la “Vipera berus” (víbora europea), que se localiza en la región cantábrica, y la “Vipera latastei”, que habita en toda la península ibérica. En la familia columbridae destaca la “Macroprotodon cucullatus”, en el sur de la península ibérica y la región cantábrica y pirenaica, y el “Malpolon monpessulanus” (culebra bastarda), reconocida como la serpiente mayor de Europa, que puede llegar a los dos metros y medio. Ésta se extiende por todo el país.

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