Cómo evitar las enfermedades del corazón

La prevención ha demostrado que reduce la mortalidad por patologías cardiovasculares y alarga la esperanza de vida
Por Núria Llavina Rubio 4 de julio de 2011
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Imagen: undrey

El impacto que suponen las enfermedades cardiovasculares no es trivial: causan dos millones de fallecimientos al año en Europa y cerca de un tercio de todas las muertes en España. Además, desde los ochenta se han triplicado las hospitalizaciones relacionadas con la mala salud del corazón. La mitad de la población de nuestro país registra niveles elevados de colesterol y solo un 50% de los afectados está controlado. A ello se suma que la mitad de los españoles padece sobrepeso u obesidad. En este artículo se explica cómo se podrían prevenir hasta el 40% de los casos de enfermedad cardiovascular y reducir su mortalidad asociada.

Las políticas de prevención reducen un 80% la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Con esta contundente cifra, la Fundación Española del Corazón (FEC) y la Sociedad Española de Cardiología (SEC) reclaman más inversión en prevención cardiovascular y más medidas para luchar contra la alta prevalencia de estas dolencias.

Las enfermedades cardiovasculares: primera causa de muerte

Los problemas cardiovasculares son la primera causa de muerte en España, a pesar de la mejora en el diagnóstico y el control de la presión arterial. Las medidas que las sociedades científicas españolas consideran imprescindibles respecto a las políticas de prevención incluyen el abordaje de varios problemas.

La obesidad se asocia a una mayor prevalencia de procesos crónicos, sobre todo cardiovasculares

En primer lugar, la obesidad, que está relacionada con cerca del 70% de las complicaciones cardiovasculares. En nuestro país, la obesidad y el sobrepeso afectan al 30% de los menores entre 6 y 12 años. No obstante, lo más preocupante es que los casos de obesidad mórbida aumentan en España el doble de rápido que los de obesidad, según una información de la SEC.

Para los especialistas es prioritaria una correcta educación en hábitos alimentarios, desde niños y en la escuela primaria. De hecho, los especialistas alertan del desarrollo creciente de hipertensión en los adolescentes asociada a la obesidad, entre otros factores conocidos, como el hábito tabáquico, los antecedentes genéticos o la gran tasa de sedentarismo. La Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial estima que la simple actuación sobre este factor de riesgo cardiovascular reduciría en un 40% la incidencia de accidente cerebrovascular (ictus).

Hace unos años, en un congreso de la Sociedad Española de Arteriosclerosis ya se ponía de manifiesto cómo era el perfil del paciente obeso que acude a las consultas de Atención Primaria españolas: con numerosos factores de riesgo cardiovascular, síntomas respiratorios y articulares y todos con un control deficiente. Esta investigación partía de la premisa de que, en la actualidad, hay indicios sólidos que asocian la obesidad con una mayor prevalencia de procesos crónicos, sobre todo cardiovasculares.

La importancia de un estilo de vida cardiosaludable

Los especialistas insisten en que otras de las medidas necesarias en el campo de la prevención pasa por afrontar la escasez de recursos básicos de reanimación y una apuesta clara y directa por la creación y difusión de campañas de concienciación que fomenten estilos de vida saludables. El control de otros factores de riesgo más allá de la obesidad, como el colesterol, la diabetes y el tabaquismo (que multiplica por seis las posibilidades de sufrir un infarto entre los jóvenes y avanza 12 años la edad de sufrir un ataque), son también aspectos imprescindibles.

Las entidades piden inversiones en campañas a pie de calle para sensibilizar sobre la importancia de la salud cardiovascular y los factores de riesgo, la elaboración de menús cardiosaludables en los comedores escolares y la integración en el plan de estudios de enseñanzas sobre hábitos de vida saludables desde la infancia. También se propone la necesidad de organizar talleres de primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar en colegios y universidades, la colocación de desfibriladores semiautomáticos en espacios con gran afluencia de público y el apoyo al Programa de Empresas Cardiosaludables (PECs), con el reconocimiento de las empresas que se preocupan por la salud de sus empleados.

Prevención cardiovascular: los países del norte como ejemplo

La simple actuación sobre la hipertensión reduciría en un 40% la incidencia de accidente cerebrovascular

Para conseguir estos objetivos, los especialistas instan al Gobierno a que se erija como impulsor e involucre a todos los sectores relacionados en la prevención, como los educadores, ONG, sector sanitario, medios de comunicación y el sector consumo.

Es lo que se hizo en Finlandia en los sesenta, periodo en el que tenían la tasa de mortalidad por enfermedad cardiaca más elevada del mundo. El Gobierno del país reaccionó y planteó el «Proyecto Karelia del Norte«, cuyo objetivo principal era reducir la prevalencia de fumadores, la concentración de colesterol y los valores de presión arterial en la población. El programa se basó en una mayor apuesta por la creación y ejecución de actividades innovadoras para concienciar a la población sobre la necesidad de seguir un estilo de vida más saludable: creación de programas para perder peso y dejar de fumar en el lugar de trabajo, series de televisión cuyos protagonistas seguían hábitos de vida saludables, entrada en vigor de una nueva ley antitabaco, acuerdos con la industria del consumo para reducir niveles de sal y grasa en los alimentos o educación en colegios, entre otras.

Tras 30 años de práctica de esta política de prevención, se consiguió reconvertir los hábitos de vida de los finlandeses, como la reducción del consumo de grasas de mantequilla o leche entera. En la actualidad, más de la mitad de la población cocina con aceite vegetal y el consumo del tabaco ha descendido del 50% inicial al 20%. Se calcula que el proyecto Karelia ha aumentado en 10 años la esperanza de vida en el país y ha logrado prevenir 50.000 muertes, no solo relacionadas con las enfermedades cardiovasculares, sino también con otras dolencias crónicas como el cáncer.

Cocinar con corazón

Entre las políticas de prevención cardiovascular, las iniciativas relacionadas con la comida acostumbran a ser las más numerosas, puesto que una alimentación saludable es la clave para un organismo sano. En 2016, supuso la duodécima edición de la campaña “Menús con Corazón”, auspiciada por la Fundación Española del Corazón y Nueces de California en la tarea de promover una alimentación sana para cuidar el corazón. Los recetarios se pueden consultar tanto en la página web de la Fundación Española del Corazón como en la de Nueces de California.

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