Entrevista

Jerónimo Saiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría

El estigma dificulta la recuperación de las personas con enfermedad mental
Por Clara Bassi 15 de marzo de 2011
Img jeronimo saiz
Imagen: CONSUMER EROSKI

El estigma pesa de forma injusta sobre las personas con patología psiquiátrica y sus familias. Las razones hay que buscarlas en un prejuicio histórico, según el cual, estas personas son violentas o peligrosas. Nada más lejos de la realidad de la mayoría de afectados. Por esta razón, la Comunidad de Madrid ha impulsado una iniciativa, la Declaración de Madrid, con la que se pretende combatir este lastre, ya que dificulta su recuperación, reinserción social y rehabilitación, así como su acceso a los tratamientos. Así lo denuncia en esta entrevista Jerónimo Saiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid.

¿Qué porcentaje de la población padece una enfermedad mental?

Si se tiene en cuenta cualquier afección psiquiátrica, se calcula que una de cada cuatro personas.

¿Eso significa que el porcentaje de población afectado por el estigma que pesa sobre estos enfermos es amplio?

Sí, aunque a todos no se les estigmatiza por igual. Es una proporción muy importante, ya que no solo afecta a los propios enfermos, sino también a su entorno, a sus familias.

¿Qué patologías psiquiátricas se asocian a un mayor rechazo social?

“Ningún trastorno psiquiátrico es responsabilidad de las personas que lo sufren”

Las relacionadas con el estereotipo de patología mental tradicional, las denominadas psicosis, en las que se pierde el concepto de realidad, se perciben estímulos que están distorsionados, con vivencia de irrealidad. En estos casos, el enfermo vive en un mundo ficticio, con síntomas específicos, como alucinaciones y delirios.

¿En qué repercute el estigma en la vida de los afectados?

Prácticamente en todo porque, a consecuencia de este rechazo, determinadas circunstancias de la vida normal, como el trabajo y las relaciones sociales, se hacen muy difíciles. De manera progresiva, el enfermo se separa de la sociedad, se le margina y se le excluye. Su autoestima baja y crea unos sentimientos de culpa e inferioridad que empobrecen sus expectativas y desarrollo personal.

¿De qué manera influye el estigma en su evolución y recuperación de la enfermedad?

“El rechazo social favorece que las personas no reconozcan que sufren un trastorno psiquiátrico y no busquen ayuda”

Empeoran. Las consecuencias negativas para el afectado son las dificultades que supone para la recuperación, la reinserción social y la rehabilitación. También provoca otras consecuencias: una de ellas, que para nosotros es muy importante, es la falta de acceso a la terapia. Es primordial que los enfermos mentales reciban un tratamiento precoz. Sin embargo, el estigma también les influye al buscar ayuda y que no reconozcan que tienen un trastorno psiquiátrico. El rechazo social que rodea a las enfermedades psiquiátricas hace que no se acuda al médico en el momento adecuado.

¿Cómo influye en las familias?

A través del rechazo y la exclusión, de un trato injusto que aboca al entorno de estos enfermos a negar su problema y a ocultarlo. Se tiende, incluso, a mantener la ayuda en secreto.

¿En qué ha consistido la Declaración de Madrid?

Es una iniciativa que ha tomado la Comunidad de Madrid, en la que se denuncia este estigma, para poner las medidas de lucha contra él, erradicarlo y eliminar sus consecuencias negativas. La Sociedad Española de Psiquiatría se ha adherido, ya que se considera una decisión muy positiva.

¿Cómo se va a difundir esta declaración, para poner en práctica lo expuesto en ella?

“El rechazo hace que el propio entorno de los enfermos niegue el problema y lo oculte”

Partimos de la idea de que todo lo que se haga es poco. Se quiere recurrir a unas guías para difundir la declaración y llevar a cabo todas las acciones que favorezcan un mejor conocimiento de las patologías mentales, sus causas y sus consecuencias. Esta situación actual no se basa en un hecho real, sino en una falsa percepción histórica de los afectados por un trastorno psiquiátrico, según la cual se cree que son peligrosos e impredecibles. Pero esto no es cierto. Si suceden hechos, estos son aislados y los actos delictivos son excepcionales. Cuando ocurren llaman mucho la atención y se destacan mucho en los medios de comunicación, pero eso no se corresponde con la realidad y es un prejuicio que debe desaparecer.

¿Cómo se debe combatir este estigma?

El mensaje gira en torno al hecho de que la enfermedad mental es frecuente y ningún trastorno psiquiátrico es responsabilidad de las personas que lo sufren, además de haber posibilidades de curarse con los tratamientos actuales, que son efectivos. Corresponde a los especialistas médicos lograr que estas probabilidades sean de éxito y eficacia. Se debe desmontar el estereotipo de este enfermo como persona peligrosa, violenta o débil de carácter, porque puede recuperarse y llevar a cabo una vida normal y social dignas. El mensaje más importante es que la población actúe sin discriminarlos, de modo que, si se hace un dispensario psiquiátrico en un edificio, la comunidad de vecinos no diga que no lo quiere, si llega a nuestra vida un allegado o pareja de un familiar con una enfermedad mental, se acoja y no se rechace. Y cuando la persona esté bien, es esencial que vuelva a trabajar. Así es como habría que disminuir este lastre.

LA DECLARACIÓN DE MADRID

Las personas con un trastorno psiquiátrico deben afrontar una doble dificultad para recuperarse: la propia enfermedad y los prejuicios y discriminación de los cuales son objeto por padecerla. Por fortuna, el estigma que históricamente pesa sobre ellos y su entorno empieza a combatirse a través de iniciativas como la “Declaración de Madrid contra el estigma y la discriminación de las personas con enfermedad mental”, impulsada por las Consejerías de Sanidad y Familia y Asuntos Sociales, asociaciones de familiares y pacientes, representadas en la Federación Madrileña de Asociaciones Pro Salud Mental (FEMASAM), y a la que se han sumado la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SPB), la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) y la Fundación Mundo Bipolar.

Esta Declaración se compromete a trabajar por seis objetivos. El primero es rechazar cualquier tipo de estigmatización y discriminación de estas personas en todos los ámbitos de la sociedad, sobre todo cuando se vulneren sus derechos. El segundo es analizar y proponer las reformas necesarias para conseguir la igualdad de oportunidades de los afectados y hacer que conozcan sus derechos. El tercero consiste en luchar contra el estigma y, para ello, se sugieren mejoras en las actitudes y tratamientos de las noticias relativas a la salud mental en los medios de comunicación, así como sensibilizar sobre ellas a la población.

El cuarto consiste en promover la investigación para luchar contra el estigma y la discriminación. En quinto lugar figura la necesidad de potenciar la atención sociosanitaria a las enfermedades mentales, sobre todo las graves, y la implicación de los afectados y las familias en ella. Por último, destaca la identificación de distintos aspectos esenciales claves en la lucha contra el estigma, como son la no discriminación laboral, dispensar el mismo trato a estos enfermos que a otros, rechazar el uso de términos inadecuados, ofensivos e inexactos para referirse a estas personas, apoyo a ellas y a sus familiares, así como el movimiento asociativo y considerar que ciertos profesionales tienen un papel clave (los medios de comunicación, el personal docente, sanitario y de servicios sociales y los empresarios) en la lucha contra esta mala fama.

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