Iniciativas para mejorar la vida del enfermo mental

La participación en programas psicoeducativos en los que se incluyan consejos sobre alimentación, ejercicio físico y autoestima mejora la calidad de vida de estos pacientes
Por Jordi Montaner 27 de noviembre de 2008
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Imagen: David Goehring

Un programa de hábitos de vida saludables impulsado por psiquiatras, enfermos mentales graves y familiares o cuidadores de estas personas busca en España mejorar la calidad de vida de cerca de 5.000 individuos que han participado en él. Y todo ello a partir de simples pautas de alimentación, actividad física y lecciones de autoestima. De la misma manera, surgen iniciativas que aportan a los hijos del paciente con enfermedad mental información sencilla y útil para entender la situación familiar y que contribuyen a reducir el estigma que rodea a estos pacientes y promueven su integración social.

Imagen: David Goehring

El programa «Vivir Salud-Hable-Mente», puesto en marcha por la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES) y la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), ha certificado su utilidad. Lo hizo el pasado 4 de noviembre, demostrando que dos de cada tres personas acogidas en el programa mejoraron su autoestima, la mitad varió sus hábitos alimenticios, logró perder peso y despejar, en parte, el grave riesgo de comorbilidad (presencia de dos o más enfermedades independientes) asociado a estos pacientes.

Los resultados confirman que con la participación en programas psicoeducativos en los que se incluyan consejos sobre alimentación, ejercicio físico y autoestima, se logra mejorar la calidad de vida de los enfermos mentales graves, gracias a una calculada asimilación de pautas y hábitos más saludables. Los resultados puestos en común en Valencia responden a la participación de más de 1.000 personas en 250 centros de salud y asociaciones de pacientes locales de todo el país a lo largo de este año. Los responsables de esta iniciativa, a la vista de los resultados, han decidido ampliar su efectividad a un total aproximado de 5.000 personas con enfermedad mental grave.

Encuestas reveladoras

Las encuestas realizadas a los participantes del programa a lo largo de este año confirman los resultados beneficiosos y mejoras en la calidad de vida de los pacientes. El 65% admitió haber aumentado la confianza en sí mismo; el 52,5% había variado sus hábitos y costumbres alimentarias, y un 46% aseguró que los consejos incorporados en el programa habían facilitado algo tan complicado como perder peso (el 42,6% consiguió adelgazar).

A la enfermedad mental se asocian aspectos negativos de estilo de vida, como el sedentarismo, dietas inadecuadas y abuso de sustancias tóxicas

«Sabemos que la enfermedad mental grave conduce a un deterioro de la salud física, relacionado, entre otros factores, con hábitos poco saludables, como el consumo de tabaco, alcohol o de tóxicos», pone de manifiesto Jerónimo Saiz, vicepresidente de la SEP. El especialista insiste en que estos hábitos nocivos son muy frecuentes y aumentan la tasa de mortalidad entre las personas con enfermedad mental. Se estima que estas personas viven 15 años menos que la población de su edad y, en un 60% de los casos, esto se atribuye a problemas cardiovasculares, metabólicos, infecciones o uso y abuso de sustancias tóxicas.

Aumentar el autocuidado

El programa «Vivir Salud-Hable-Mente» pretende asimismo reforzar el autocuidado de las personas con enfermedad mental grave, contribuyendo de esta manera al tratamiento integral de estos enfermos. Dirigido desde enfermería, es un programa psicoeducativo, con pautas y consejos orientados hacia el enfermo, que lo valora en positivo; ofrece, además, soluciones para mejorar su autoestima, higiene y hábitos cotidianos.

Con frecuencia, las personas que sufren una enfermedad mental ven asociada su patología a una serie de aspectos negativos de estilo de vida, como el sedentarismo, dietas inadecuadas y abuso de sustancias tóxicas que contribuyen al estigma social que les rodea y que perjudica su integración. El programa aborda la enfermedad mental grave desde una perspectiva integral, complementando el tratamiento habitual con la aplicación de pautas saludables y de bienestar, así como aspectos cotidianos del paciente, alimentación, ejercicio físico y autoestima.

Criterios clínicos

La decisión de participar en este programa pertenece únicamente al paciente. Hay que destacar que los pacientes incluidos en este programa no necesitan cumplir ningún otro criterio de inclusión, a excepción del diagnóstico de trastorno mental grave.

«Vivir Salud-Hable-Mente» es un programa que se compone de dos fases en las que se realizan sesiones con grupos de entre ocho y diez pacientes. En la primera se desarrollan tres módulos, en los que se forma e instruye a las personas con enfermedad mental de forma interactiva para que asimilen hábitos de vida saludables sobre nutrición, ejercicio físico y autoestima; en la segunda, se realizan sesiones de grupo en las que se ponen de manifiesto las experiencias de los propios pacientes a partir de los conocimientos asimilados durante la primera fase. La realización de cuestionarios al inicio y al final del programa permite una evaluación concreta y específica de las necesidades y los logros alcanzados por sus participantes.

«Toda una vida para mejorar»

Aunque el programa está orientado a las personas que padecen algún trastorno mental grave, también hace hincapié en la necesidad de concienciar a los familiares, los profesionales sanitarios y al público en general sobre la importancia de los programas integrales en salud mental. La campaña incluye materiales dirigidos a niños, que sirven para ayudarles a comprender la enfermedad mental que padece algún miembro adulto de su familia. El cómic «No estás solo. La Guía SANE sobre la enfermedad mental para niños» y el cuento breve «El papá de Mía está raro» son dos ejemplos del compromiso de esta campaña para lograr que los hijos del paciente con enfermedad mental se conviertan también en parte activa de su recuperación. Gracias a estos materiales, los niños reciben, de forma cercana y amena, información útil para entender la situación familiar y, al mismo tiempo, contribuyen a reducir el estigma que rodea a estos pacientes y promueven su plena integración social y ocupacional.

RETO SOCIOSANITARIO

ImgImagen: Herman BrinkmanLas enfermedades mentales graves se identifican por medio de alteraciones de la forma de pensar, hablar, sentir o comportarse de quienes las padecen. En las sociedades más desarrolladas, las enfermedades mentales más comunes son la depresión y la ansiedad, y afectan a una da cada diez personas. Sin embargo, también figuran la esquizofrenia, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno límite de personalidad o el autismo.

Atravesar un periodo de tristeza, nerviosismo pronunciado, estrés, ansiedad o preocupación parece normal. El ritmo de vida casi lo impone. Pero en determinados casos esta situación persiste sin solución de continuidad, el paciente pierde el control sobre su vida y es precisa la intervención del médico psiquiatra. Entonces es necesario desterrar la idea de que el enfermo mental es culpable de su situación o de sus actos.

Las enfermedades mentales se encuentran entre las tres principales causas de baja laboral por enfermedad en España. Suponen, además, una fuerte carga social y económica para los enfermos y sus familias. Si bien es cierto que los genes desempeñan un papel importante, también lo es que el entorno socioafectivo y el estilo de vida de cada persona tienen un gran peso específico.

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