El doctor Luis Domínguez Ortega, director de la Unidad del Sueño del Hospital Rúber de Madrid, revela a la revista «Sleep», referencia mundial para los especialistas en trastornos del sueño, que por primera vez se ha descrito un caso de narcolepsia en una persona con síndrome de Down. Se trata de una paciente de 33 años que sufría con frecuencia ataques de cataplejía (desplome repentino), circunstancia que equivocadamente se consideraba consecuencia de una epilepsia inexistente.
«La narcolepsia, de la que se conocen factores genéticos predisponentes, es un trastorno neurológico que se traduce en un exceso de somnolencia y que se manifiesta con ataques de cataplejía, alucinaciones al principio y final del sueño y parálisis del mismo (el paciente se despierta por la noche y se encuentra con que no se puede mover)», explica el doctor Domínguez Ortega.
Aunque resulta un trastorno poco frecuente en la población en general (en torno al uno por mil), reduce notablemente la calidad de vida del paciente y su capacidad de aprendizaje, ya que puede quedarse dormido en cualquier momento y lugar. Sus consecuencias se agravan cuando ese paciente tiene síndrome de Down.
«Esta alteración genética, por sí misma, lleva aparejada una serie de patologías, y una parte importante la constituyen los trastornos del sueño. Los más frecuentes son la apnea obstructiva del sueño, que está presente en el 63% de los casos, y la hipoventilación alveolar. Hasta ahora, nunca se había descrito la narcolepsia en un síndrome de Down», señala el médico español.
A pesar de las pluripatologías orgánicas que suelen acompañar al síndrome de Down, el tratamiento de la narcolepsia en estos pacientes no tiene por qué interferir con ningún otro, según indica este especialista. El tratamiento consiste en la administración de estimulantes del sistema nervioso central y de antidepresivos tricíclicos, según los casos.
