Muchos estados hacen un uso ineficaz de los fondos para países pobres, según denuncia el Banco Mundial

Se necesitarían entre 40.000 y 60.000 millones de dólares más por año para lograr el bienestar de estas personas
Por EROSKI Consumer 22 de septiembre de 2003

El Banco Mundial (BM) denunció ayer que muchos gobiernos no proveen servicios fundamentales a los pobres, pero advirtió de que la solución no es una privatización total, según señala en su Informe de Desarrollo Mundial, difundido ayer en Dubai. «Muchos gobiernos no cumplen con sus obligaciones, especialmente en relación a los pobres», indica el BM, que celebrará en este emirato, mañana y pasado, su Asamblea Anual conjunta con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La agencia multilateral denuncia en el estudio que gran parte de los pobres del mundo no tienen acceso a servicios de salud, educación, agua, saneamiento y electricidad de calidad, lo que impide una mejora del bienestar de la humanidad. «No es siempre un problema de dinero -advierte-, ya que muchos gobiernos sí destinan fondos suficientes a estos servicios; pero el gasto social acaba en manos de los que menos lo necesitan, frecuentemente por motivos electorales», denuncia.

El organismo señaló el ejemplo del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) de México, puesto en marcha en 1989 y que invirtió un 1,2% del Producto Interior Bruto (PIB) del país anualmente en servicios para los pobres. En sus seis años de vida, redujo la pobreza en un 3%, pero benefició principalmente a los municipios dominados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). «Si el dinero se hubiese destinado a los que más lo necesitaban, la pobreza se habría reducido en un 64% en México», concluye el Banco.

Sin embargo, la solución no es dejar estos servicios totalmente en las manos del sector privado, que es «incapaz» de satisfacer las necesidades de los más pobres, a juicio de la institución. El sector privado solo «no conseguirá el nivel de salud y educación que la sociedad desea», señala el informe, que insiste en que ningún país ha logrado mejorar de forma significativa las tasas de mortalidad infantil y de educación primaria sin la intervención del Gobierno.

La mejora de los indicadores básicos de bienestar, según los objetivos marcados para 2015, «exigirá un aumento sustancial de la ayuda externa y un uso más efectivo de los recursos disponibles, tanto internos como externos», según Nicholas Stern, el economista jefe de la institución.

El BM calcula que se necesitarán entre 40.000 y 60.000 millones de dólares más por año en donaciones a los países pobres para lograr esas metas. Además, serán necesarias reformas institucionales en las naciones receptoras que corrijan desequilibrios serios.

Estas reformas beneficiarían principalmente a la quinta parte de la población mundial, unos 1.200 millones de personas, que viven con menos de un dólar al día, según el Banco Mundial.

De ellos, 52 millones se encontraban en América Latina en 2000, comparado con los 48 millones que existían allí diez años antes, de acuerdo con el informe. La otra región donde ha crecido el número de pobres es el África subsahariana, que pasó de 241 millones en 1990 a 323 millones en 2000.

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