La Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. advierte de los posibles efectos de diez fármacos antidepresivos

Pide que sus etiquetas alerten de potenciales efectos suicidas y otros como ansiedad, hostilidad e insomnio
Por EROSKI Consumer 23 de marzo de 2004

La vinculación de los antidepresivos al incremento de las tasas de suicidio en niños y adolescentes está desencadenando en EE.UU. un amplio debate sobre los efectos de estos fármacos. De momento, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) solicitó ayer que diez de estos fármacos alerten en sus etiquetas del riesgo de aparición de deseos suicidas con su uso y efectos secundarios como ansiedad, hostilidad e insomnio.

La etiqueta deberá incluir un mensaje que recomiende «la observación estrecha de los pacientes adultos y pediátricos tratados con estos agentes para detectar el empeoramiento de la depresión o la aparición de tendencias suicidas», indicó la FDA.

Los fármacos afectados son algunos de los más comunes contra la depresión: Prozac, Zoloft, Paxil, Luvox, Celexa, Lexapro, Wellputrin, Effexor, Serzone y Remeron. En algunas pruebas clínicas se han detectado los deseos o tendencias suicidas entre pacientes que usan estos medicamentos, pero la FDA enfatizó que aún no se ha probado que sean causados por los fármacos.

Los pacientes que sufren trastorno bipolar -que hace que una persona fluctúe entre la euforia y la depresión- son especialmente vulnerables porque «se cree que los antidepresivos tienen el potencial de inducirles episodios de manía», según la FDA. Por ello, la agencia recomendó que se examine a todo paciente antes de comenzar una terapia con estos fármacos para determinar si sufre este trastorno emocional y pidió una vigilancia estrecha de los aquejados de este mal durante su tratamiento.

En España

La depresión afecta a cuatro millones de personas en España, el 10% de la población. De ellos, un 73% son mujeres. La facturación de estos medicamentos está subiendo espectacularmente. Por ejemplo, sólo desde 1985 a 1994 su consumo se elevó un 247%. Durante el año 2000, el Sistema Nacional de Salud (SNS) recetó 16,5 millones de envases de diversos antidepresivos y la cifra ha seguido subiendo en los tres últimos.

Pese a que la incidencia de la depresión es baja en España respecto al resto de países europeos, un estudio de la Sociedad Española de Psiquiatría asegura que casi la mitad de las personas que sufre depresión abandona su tratamiento dos meses después de iniciarlo.

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