A menudo se reparten en mano o en los buzones ofertas de excursiones para visitar lugares de interés no muy lejanos, a un precio tentador, con comida incluida y, además, con la promesa de un regalo.
Con frecuencia, este tipo de marchas forman parte de un sistema de ventas. El verdadero objetivo del viaje es congregar un grupo de gente para organizar una reunión en la que presentar algún producto.
Sin desdeñar las ventajas que puede tener asistir a una jornada de esparcimiento como la propuesta, en estas salidas se debe contar con todas las medidas de prudencia posibles.
Una placentera excursión puede convertir a sus partícipes en compradores de colchones, cuberterías, vajillas, sillones relax, etc. Esta práctica es legítima, no obstante, los excursionistas deben estar atentos ante posibles fraudes o engaños. Ese viaje tan barato puede acabar saliendo muy caro.
En estas largas presentaciones de productos suelen ejercitarse tácticas de venta de alta presión. El vendedor intentará convencer por todos los medios a los oyentes de que tienen necesidad de su producto. Por ello, hay que conservar la cabeza fría:
· Conviene preguntarse si de veras se necesita el producto y no tener miedo de decir que no. . Es mejor desconfiar si parece «demasiado bueno para ser verdad» e investigar en la medida de lo posible antes de efectuar la compra.· Si se está interesado en el producto, es preferible aplazar la decisión de compra para poder tomarla en casa con más calma. . En cualquier caso, procure no aceptar prisas. Los vendedores querrán cerrar la orden de compra cuanto antes.· Requiera todos los detalles del acuerdo comercial por escrito.· Exija que le expliquen la forma de «echarse atrás» si quiere anular la compra una vez efectuada o ejercer el derecho de desistimiento tras recibir el producto.
