Consejos para decantarse entre pintar o empapelar

Aunque ambas técnicas son fáciles de utilizar la pintura plantea menos problemas
Por EROSKI Consumer 16 de agosto de 2006

Es probable que en alguna ocasión se plantee la duda a la hora de escoger la pintura o el papel para decorar las paredes. ¿Cuál de estas dos técnicas es más fácil de aplicar o más conveniente?

A priori pintar una estancia es un proceso que puede llevarse a cabo en menos tiempo, sobre todo si se emplean pinturas monocapa aplicadas con un rodillo. Por lo que puede ser una buena opción para los principiantes.

La pintura cuenta con la ventaja de que puede ser utilizada como mero color de base pero también puede colocarse sobre ella una cenefa o incluso aplicar diferentes artes decorativas, como el trapeado y el esponjado, e incluso combina muy bien con los azulejos, si queremos emplearla en las estancias húmedas.

Sin embargo el papel puede llegar a contar con un diseño mucho más llamativo y original, algo que también puede llegarse a conseguir con la pintura, pero empleando mucho más esfuerzo. No obstante, el proceso de colocación del papel puede ser laborioso, aunque no complicado, sobre todo si hay que casar tiras con diseños complicados. Lo cierto es que pueden obtenerse resultados muy decorativos.

Una de las ventajas de la pintura frente al papel es que es un material que deja respirar a la superficie que recubre, dejando también al descubierto las manchas de humedad y otras imperfecciones que pueden llegar a quedar ocultas si las tiras de papel son gruesas. El papel en esos casos puede llegar a impidir su rápida reparación y hacer que el problema se agrave hasta que llegue a ser visible.

Asimismo las manchas desaparecen con mayor facilidad de la pintura, aspecto este que también queda solventado en los papeles lavables o vinílicos. Además, con la existencia de papeles autoadhesivos se facilita enormemente la tarea del empapelado, por lo que elegir una u otra opción no debe de basarse exclusivamente en la pericia de quien vaya a ejecutar el proceso o la rapidez con que se desarrollará el mismo.

Resulta mucho más interesante tener en cuenta factores que pueden no ser determinantes en una primera decisión, pero que acaso se echen en falta a posteriori, como la facilidad de retirar el material, más complicado en el caso de los papeles.

También es importante valorar la posibilidad de decorar sobre el papel. Si fuera rugoso podría quedar al descubierto esta rugosidad, mientras que en la pintura no suele haber problemas: si nos cansamos de la decoración podemos sustituirla más fácilmente.

A modo de resumen puede decirse que apostar por la pintura es una opción acertada para principiantes, porque permite luego redecorar con facilidad y porque pueden emplearse sobre ella diferentes técnicas decorativas. Con todo la facilidad de colocación de algunos papeles y sus múltiples diseños le permiten seguir siendo una opción viable.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube