Apicultores de toda la provincia de Málaga se reunieron ayer en Antequera en las IV Jornadas Malagueñas del sector para debatir los problemas, necesidades y propuestas del gremio.
Uno de los objetivos inmediatos es dar los primeros pasos para la obtención de un distintivo de calidad, e incluso conseguir la denominación de origen, a través de un proyecto de I+D en el que la Junta de Andalucía participa económicamente. Otro asunto que preocupa es el de la comercialización de la producción.
En la provincia de Málaga existen unas 300 explotaciones que agrupan a unas 50.000 colmenas. Sin embargo, la escasez de lluvia, un factor fundamental para la obtención del dulce manjar, ha obligado a que hayan tenido que pasar tres años para alcanzar una producción de 20 kilos.Sin embargo, la comercialización de este producto no está aún regulada. Tan sólo existen 12 envasadoras en la provincia, y la mayor parte de la miel que se produce en las colmenas malagueñas se consume en Alemania, según destacó el secretario de la Asociación de Apicultores Guadalhorce, Fernando de Miguel. «Muchos vendemos nuestra producción por nuestra cuenta, por los barrios del lugar en el que vivimos, pero otros la venden a distribuidores que envían el material a Alemania. Lo más curioso es que la miel que se comercializa actualmente en las grandes superficies comerciales procede de China».
La apicultura, de la que viven unas 200 familias en la provincia de Málaga y unas 800 en toda Andalucía, subsiste gracias a las subvenciones de la UE. En este sentido, existen dos tipos de ayudas. De un lado, a la producción, con unos 4,8 euros por colmena; y al beneficio al mantenimiento del ecosistema que se consigue con esta actividad, con 9,92 euros por colmena. «El Plan Nacional Apícola dio el pasado año unos 132.223 euros a la provincia, de los que 114.000 fueron a parar a nuestros asociados», comentól Francisco Villodres, tesorero de la asociación.Los apicultores esperan ahora negociar con la Junta las nuevas ayudas que ha aprobado la UE.
