Asociaciones ecologistas y empresas biotecnológicas divergen respecto a la autorización del maíz «Bt-11»

Las primeras dicen que Bruselas ha actuado en contra de los consumidores y las segundas expresan su satisfacción por la medida
Por EROSKI Consumer 20 de mayo de 2004

La aprobación ayer de la venta en Europa del maíz transgénico «Bt-11» por parte de la Comisión Europea ha provocado reacciones contrapuestas entre empresas de biotecnología y de productos fitosanitarios, que han mostrado su satisfacción por la medida adoptada, y asociaciones ecologistas, que acusan a Bruselas de actuar en contra de los intereses de los consumidores europeos.

Greenpeace señaló que con la autorización del maíz «Bt-11», que ha supuesto acabar con la moratoria que pesaba sobre los organismos transgénicos desde hacía siete años, «Bruselas ha elegido proteger a los agricultores de EE.UU. y a intereses empresariales».

La asociación Amigos de la Tierra, por su parte, resaltó la división entre los países comunitarios sobre los transgénicos y recalcó que «los políticos dicen sí pero el público dice no» a estos productos.

Por el contrario, la asociación que agrupa a las empresas europeas de biotecnología (EuropaBio) aplaudió la decisión del Ejecutivo comunitario «porque es una señal positiva para Europa». El secretario general de EuropaBio, Johan Vanhemelrijck, indicó que «es un primer paso para avanzar en la autorización de nuevos productos en el marco de la nueva normativa de la UE».

En la misma línea se posicionó CropLife, que agrupa a las industrias fitosanitarias (protección de las plantas). Esta organización espera que en el futuro «los gobiernos confíen en esta nueva tecnología y hagan un análisis de riesgos distinto para cada caso».

Agricultores perjudicados

En España, 25 organizaciones han remitido un documento a las ministras de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, para que creen medios «fiables e independientes» para evaluar riesgos, resultados agronómicos, e impactos ambientales, sociales y económicos.

Fuentes del departamento que dirige Espinosa señalaron que el levantamiento de la moratoria perjudica a nuestros agricultores. «Puede suponer un agravio para los agricultores españoles al no poder cultivar variedades que sí pueden ser importadas y entrar en la cadena alimentaria», subrayaron.

La nueva variedad de maíz, que comercializa la multinacional Syngenta, eleva a 35 el número de productos transgénicos aprobados y comercializados en la Unión Europea antes de la entrada en vigor de la moratoria, 16 de ellos para el consumo humano.

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