Greenpeace ha pedido a la Unión Europea (UE) que no autorice la importación y el uso para piensos del maíz transgénico MON-863, de la multinacional Monsanto, ya que es sospechoso de causar daños graves a los animales que lo ingieren. El Consejo de Ministros de Agricultura de la UE tiene previsto decidir el próximo viernes sobre este asunto.
La organización ecologista dio a conocer ayer un informe confidencial de dicha empresa sobre pruebas realizadas con el MON-863 en ratas, en las que se detectaron daños en los órganos y alteraciones en los análisis de sangre de éstas. La ONG tuvo acceso a este informe gracias a una sentencia del tribunal administrativo de Münster (Alemania), al que se había dirigido en base a los reglamentos comunitarios sobre tecnología genética.
Según Greenpeace, el maíz MON-863 genera un insecticida concreto, que no es idéntico sino más peligroso que el que contienen otras plantas transgénicas permitidas en la UE. Además, encierra un gen resistente a los antibióticos.
El Ministerio de Agricultura y Protección del Consumidor de Alemania aseguró que analizará la situación a la luz de los resultados del informe.
