Los hábitos alimentarios de los españoles han registrado un significativo cambio en los últimos meses debido, principalmente, a la crisis económica. Así, ahora apuestan por llevar la tartera con comida casera al trabajo y si van a un restaurante se deciden por el menú más barato, o directamente acuden a establecimientos de comida rápida.
Un estudio publicado esta semana por la consultora TNS revela que el 18,2% de los trabajadores que comen fuera del hogar optó el año pasado por llevarse la comida de casa. Ésta es una tendencia al alza, detectada ya en los últimos tres años y que se disparó en el último cuatrimestre de 2008 por el recrudecimiento de la crisis.
Esto, junto con el recorte que los ciudadanos han hecho en sus inversiones de ocio, ha motivado que el sector de la hostelería haya experimentado una caída del negocio que rozó el 4% en 2008, lo que supuso una pérdida de ingresos de más de 3.500 millones de euros.
«Se eligen menús más económicos, se renuncia al postre y se ha vuelto a recuperar algo que se puso de moda en la crisis anterior: compartir plato», explica José Luis Guerra, adjunto al presidente de la Federación Española de Hostelería (FEHR). Los que más sufren la crisis, detalla, «son los restaurantes de alto nivel, que vivían de su relación con las empresas y los gastos justificados; los locales y bares en zonas castigadas por el paro y los polígonos industriales también se han visto afectados».
Comer en casa
En consonancia con la reducción de las visitas a los restaurantes, las comidas dentro del hogar aumentaron un 6% el año pasado. Cada español realizó un almuerzo o cena más a la semana en casa durante 2008. Esta evolución de consumo dentro del hogar representa 2.245 millones de comidas en casa adicionales al año. Seis de cada diez de estas se realizaron durante los principales momentos de consumo alimentario: desayuno, comida y cena, que representan el 80% de las ingestas realizadas en el hogar.
El nuevo panorama de contención de gastos por parte de los ciudadanos ha favorecido a los locales de comida rápida, que el año pasado vieron cómo sus ingresos aumentaron un 4%.