Cómo actuar si el niño sufre un golpe de calor

Los niños menores de cinco años son más vulnerables a los golpes de calor, que pueden terminar en muerte si no se tratan con rapidez
Por Marta Vázquez-Reina 18 de agosto de 2016
Img bebe gafas sol

La exposición a temperaturas muy elevadas altera las funciones vitales, más aun cuando se trata de niños de corta edad, que corren el riesgo de sufrir un golpe de calor. Este sobrecalentamiento corporal puede tener una evolución fatal. En este artículo se explican las posibles situaciones de riesgo y los síntomas que pueden presentar los más pequeños cuando sufren un golpe de calor y se detalla cómo actuar en caso de que se produzca y las medidas preventivas que deben adoptar los adultos de cara a un aumento de las temperaturas.

Golpe de calor, una situación de riesgo

Debido a los efectos del cambio climático, la frecuencia y la intensidad de los episodios de calor intenso son cada vez más notables y la previsión es que vaya en aumento. Lo señala el Ministerio de Sanidad en el último ‘Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud’. El riesgo que esto supone para la población es evidente; de hecho, se estima que en la Unión Europea «la mortalidad aumenta entre 1-4% por cada incremento de un grado en la temperatura».

Un niño puede sufrir un golpe de calor siempre que esté expuesto a «situaciones con humedad y temperaturas elevadas»

Los niños más pequeños, menores de cinco años y en especial menores de uno, son uno de los grupos de población más sensibles a los cambios de temperatura. Por tanto, están más expuestos a responder de manera drástica a un exceso de calor. Sus características fisiológicas (menor reserva de agua y sudoración y un aparato respiratorio aún en desarrollo) los hacen más vulnerables que los adultos a sufrir el denominado golpe de calor, un sobrecalentamiento excesivo del cuerpo que llega a impedir el funcionamiento adecuado de los órganos vitales.

Situaciones de riesgo y síntomas

Un niño puede sufrir un golpe de calor siempre que esté expuesto a «situaciones con humedad y temperaturas elevadas, sin protección ni hidratación adecuada». Así lo recoge el reciente dosier informativo sobre el golpe de calor en la infancia de la Fundación Mapfre, elaborado con la colaboración del Comité de Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Abandonar a un menor solo en un vehículo a pleno sol, el ejercicio excesivo con temperaturas muy altas o una radiación solar directa durante un tiempo muy prolongado son algunas de las circunstancias que elevan el riesgo de que un pequeño sufra un golpe de calor.

«Mareos, vómitos, elevación de la temperatura corporal superior a 40 grados, dolor de cabeza y taquicardia son las primeras manifestaciones que puede presentar un niño que sufre un golpe de calor, aunque, tal como señalan los especialistas de la AEP, también hay que estar atentos a otros síntomas como la piel seca y muy caliente, fatiga y debilidad, respiración superficial y rápida o calambres musculares.

Qué hacer si el niño sufre un golpe de calor

«El golpe de calor constituye una urgencia médica extrema», apuntan desde la AEP. Es así porque aparece muy rápido, en tan solo unos minutos, y si no se trata de inmediato, puede evolucionar de forma drástica y ocasionar incluso la muerte. Por eso, es primordial trasladar al pequeño a un centro hospitalario. No obstante, la AEP da las siguientes pautas de actuación en caso de enfrentarse a un golpe de calor en un menor:

  • Colocar al niño tumbado boca arriba a la sombra en un sitio fresco y ventilado.
  • Aflojarle la ropa y quitar las prendas innecesarias.
  • Colocar en la cabeza, cara, cuello, nuca y pecho compresas de agua fría (no hielo) y sustituirlas cuando se calienten.
  • Si el pequeño está consciente y sin vómitos, darle de beber agua fría o una bebida isotónica. En el caso de inconsciencia, avisar al 112 e iniciar la reanimación cardiopulmonar.
  • Los especialistas advierten de que no se debe sumergir al menor en agua helada, ni realizar friegas con alcohol.
  • Cuando el niño se recupere es conveniente trasladarlo al centro sanitario para que los médicos lo valoren.

  • Cuatro medidas para prevenir el exceso de temperatura

    La prevención es la principal medida que pueden adoptar los adultos para anticiparse y evitar así que un menor se enfrente al golpe de calor. Estos son los cuatro principales consejos de los especialistas:

  • Hidratar. Ante temperaturas elevadas es preciso ofrecer a los niños líquidos (el pecho en caso de lactantes) de forma constante, sin esperar que lo pida, sobre todo antes de que inicie una actividad física prolongada.
  • Limitar el ejercicio. Los padres deben procurar que los pequeños no realicen un ejercicio físico excesivo en las horas más calurosas. Es más conveniente proponerles juegos más tranquilos que eviten la deshidratación.
  • Ropa adecuada. Es recomendable utilizar prendas de vestir transpirables, ligeras, holgadas y de color claro y evitar el exceso de abrigo cuando las temperaturas externas son muy elevadas. No olvidar proteger bien la cabeza del pequeño con un gorro ligero.
  • Refrescar. Cuando el calor aprieta, lo más conveniente es mantener a los niños en lugares sombreados o con aire acondicionado o ventiladores si es posible. Para que se refresquen es aconsejable que se bañen o mojen el cuerpo con cierta frecuencia.

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