Las primeras pataditas del bebé se hacen perceptibles, por lo general, entre el cuarto y el quinto mes de embarazo. Estos movimientos fetales constituyen un momento muy especial para la mujer (y para el padre), pues son el comienzo de una comunicación permanente con el niño durante la gestación. Además, sentirlos es síntoma de una gestación saludable. Este artículo explica cuándo se empiezan a notar las pataditas del bebé, en qué momento del embarazo son más fuertes y argumentos a favor (y en contra) de contarlas.
¿Cuándo notaré las primeras pataditas del bebé?
Las pataditas del bebé durante el embarazo son variables, pues hay algunos que se mueven mucho más que otros
El movimiento fetal comienza a ser perceptible, por lo general, en la semana número 20 de gestación, para las madres primerizas, y en la 18, en los casos en que ya haya existido un embarazo previo, explica la ‘Guía de cuidados en el embarazo’, editada por el Ministerio de Sanidad. Es decir, las primeras pataditas del bebé se notan durante el segundo trimestre, entre finales del cuarto y el quinto mes de gestación.
El feto, sin embargo, ya se mueve desde la séptima u octava semana. Por eso, en ciertos casos las pataditas son perceptibles desde antes, aunque en otros pueden notarse más tarde, incluso entre las semanas 24 y 26. Este retraso en sí mismo no debe ser motivo de preocupación excesiva, siempre que los controles y estudios demuestren que el embarazo se desarrolla de manera saludable.
Para las mujeres y los futuros padres sentir los movimientos del niño es un momento de especial emoción, porque marca el comienzo en la comunicación con su hijo. Hasta ese momento «sabían» que el bebé estaba allí, pero a partir de entonces también pueden «sentirlo». Además, las pataditas del niño en la tripa de la embarazada actúan como un estímulo para la maternidad, explican los expertos del Ministerio.
¿Pataditas del bebé o simples gases?
Al principio, es normal que las madres primerizas relacionen estos movimientos con la sensación de tener hambre o gases, pero pronto aprenden a reconocerlos y ya les parecen inconfundibles, explican los especialistas.
Los movimientos también dependen, por supuesto, de cada caso: hay bebés que se mueven mucho más que otros. Además, las mujeres más delgadas sienten antes y con mayor claridad las pataditas del bebé. Incluso el grosor de la pared uterina y la cantidad de líquido amniótico, que varían de un caso a otro, pueden influir en el hecho de percibirlas antes y mejor.
¿Cuándo se notan más las pataditas del bebé
Algunas posturas -sobre todo, cuando la embarazada se estira o se tumba para descansar– hacen más notorios los movimientos del pequeño. Según avanza la gestación, la actividad del niño se suele concentrar en determinados momentos del día, por lo cual se puede predecir con cierta facilidad.
Por lo general, las pataditas del bebé se intensifican hasta alrededor de las semanas 36 o 37, cuando tiende a producirse un parón. Esto no se debe a que deje de moverse, sino a que tiene menos espacio donde hacerlo. El organismo de la mujer reabsorbe líquido amniótico para dejar más sitio a la criatura y, por ende, sus movimientos son más difíciles de percibir.
El método de contar los movimientos fetales se comenzó a recomendar en la década de 1970, y se sigue empleando como una manera de controlar el buen desarrollo del bebé durante el embarazo. En general, se sugiere elegir un momento del día en que la criatura se manifieste muy activa (después de comer o de caminar durante cinco minutos, antes de ir a la cama, etc.) y contar cuántas veces se mueve el pequeño en un determinado periodo o cuánto tarda en moverse una decena de veces. Se considera normal que esto se logre en menos de una hora. Existen incluso aplicaciones para móviles y tabletas que ayudan a desarrollar este control.
Sin embargo, este método ha sido cuestionado por algunos especialistas, como los responsables del servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Cruces, en Bizkaia. Su director, Txantón Martínez-Astorquiza, ha expresado que “no parece recomendable contar las pataditas del bebé de forma sistemática”, dado que “es un método que carece de validez científica y no sirve para tomar ningún tipo de decisiones”. Además, añade el especialista, “en muchas ocasiones, crea una excesiva ansiedad, innecesaria en las gestantes”.
Más allá de los cuestionamientos a un conteo preciso, los expertos coinciden en la importancia de llevar un cierto control de los movimientos, que permita percibir si la actividad del niño y la frecuencia de las pataditas se reducen. Esto podría ser un síntoma de que algo no va bien. Por eso, si se detecta una reducción o ausencia de movimientos, la recomendación es acudir al médico de inmediato.