La vacuna contra la Poliomielitis

La vacuna antipolio evita la acción de un virus que puede provocar parálisis grave, atrofia en las extremidades e, incluso, la muerte
Por EROSKI Consumer 20 de octubre de 2011
Img parapolio
Imagen: music2fish2

El virus de la Poliomielitis afecta al sistema nervioso y produce una parálisis que incide, sobre todo, en las piernas. Su secuela más habitual es una cojera permanente con atrofia de las extremidades, aunque tiene una gran diversidad de presentaciones clínicas y también puede llegar a causar la muerte. Se trata de una enfermedad vírica aguda provocada por el Poliovirus (género Enterovirus) de los tipos 1, 2 y 3. El tipo 1 es el principal responsable de las epidemias. Si bien la vacunación universal ha logrado que esta enfermedad esté prácticamente erradicada en Occidente, todavía es endémica en algunos países asiáticos y africanos, por lo que es preciso seguir protegiéndose, ya que cualquier viajero podría importarla.

Eficacia del 100%

El virus de la Poliomielitis se desarrolla en el cuerpo humano y suele ingresar al organismo cuando se ingieren alimentos o agua contaminada. El periodo de incubación es de 6 a 20 días (se puede ampliar a un mes) y el contagio se produce de una persona a otra, al estar en contacto con las secreciones infectadas de la nariz y de la boca, o en contacto con las heces infectadas.

Desde que comenzaron a administrarse a nivel masivo las vacunas antipolio (tanto la oral como la inyectable), se ha creado una situación de inmunidad colectiva que, de manera progresiva, ha ido eliminando la circulación del virus salvaje. En España, por ejemplo, comenzó a administrarse la vacuna Sabin oral (VPO) en 1964 y, desde 1989, no se han registrado casos de poliomielitis salvaje. El dato demuestra que la inmunización de la población mediante el uso de vacunas es la medida preventiva más eficaz contra esta enfermedad. Por ello, la vacunación antipolio está indicada para todos los bebés y los niños.

La vacuna frente a la Poliomielitis oral tipo Sabin (VPO) confiere inmunidad humoral y local prolongada frente a los tres poliovirus (tipos 1, 2 y 3), de modo que evita el estado de portador asintomático y, por tanto, la circulación del virus salvaje. La excreción fecal del virus ingerido en la vacuna contribuye a la inmunización de los contactos íntimos, consiguiendo el beneficio de inmunizar a personas que no estuvieran protegidas. La serie completa de vacunación incluye cinco dosis. Las cuatro primeras se administran a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad, y la última a los 6 años. De este modo se consigue una inmunidad duradera, casi del 100%, para los poliovirus tipo 1 y 2, y algo menor para el poliovirus tipo 3.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube