Regalos de Navidad para un bebé de seis meses

Los productos que los bebés se puedan llevar a la boca y tengan diversas texturas o sonidos son los regalos navideños más adecuados para esta etapa
Por Cristian Vázquez 1 de enero de 2015
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Imagen: Jerry

Alrededor del primer semestre de vida, el bebé adquiere una serie de capacidades nuevas: ya se queda sentado, puede tomar y sostener objetos con ambas manos, se expresa con gestos y gritos y está a punto de lanzarse a gatear y explorar su entorno. Los mejores regalos navideños serán juguetes y otros objetos que, además de entretenerles, estimulen su desarrollo. A continuación se detallan algunos regalos apropiados para un bebé de seis meses, como un parque o manta de juegos, muñecos de tela, pelotas, bloques de construcción, una alfombra de goma EVA o un libro.

Regalos para un bebé de seis meses en Navidad

A los seis meses de edad, los bebés son todavía muy pequeños para entender el significado de la Navidad. Pero no por eso han de quedarse sin sus obsequios en estas fiestas.

En esta etapa, una de las adquisiciones más importantes de los bebés, según explican los expertos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), es la capacidad de mantenerse sentados, lo cual les permite seguir objetos con la vista y explorar lo que les rodea. Además, controlan mejor sus manos: pueden agarrar objetos con las dos manos y llevarlos a la boca e, incluso, son capaces de pasar objetos de una a otra mano.

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Imagen: Donnie Ray Jones

Por otro lado, también mejora su visión -distinguen los colores-, balbucean sonidos monosilábicos repetidos y llegan a mantener conversaciones con sus padres, a través de sus gestos, ademanes, gritos y llantos.

A partir de estos datos, se enumeran a continuación algunos juguetes y otros productos que proporcionarán entretenimiento y estímulo para niños en esta etapa de su desarrollo.

1. Parque o manta de juegos

Los parques o mantas de juegos son muy prácticos, ya que se despliegan sobre el suelo y ponen diversas actividades a disposición del bebé. Incluyen, por lo general, diferentes colores, texturas y sonidos. Como los juegos están diseminados en toda la superficie de la manta, funcionan como un estímulo para que el bebé se desplace sobre ella y se quede sentado, además de experimentar con sus materiales. El parque es, además, un buen sitio para que el bebé se divierta también con otros juguetes.

La ‘ Guía práctica para padres‘, publicada por la AEP, señala que los parques son una manera de «proporcionar al niño un entorno seguro, pero que le permita explorar e ir adquiriendo movilidad e independencia».

Si al niño no le gusta permanecer en el parque, al principio podemos ayudarle si dejamos dentro sus juguetes preferidos y creamos una rutina, de forma que le pongamos en el parque todos los días un rato en el mismo momento del día: primero un minuto, luego dos y, de forma progresiva, se alargarán los tiempos.

2. Muñecos de tela

Los muñecos de tela o de trapo suelen estar entre los juguetes preferidos de los pequeños. De hecho, en esta etapa, es común que adopten un objeto favorito, el cual llevan a todas partes y al que se aferran para sentirse seguros ante situaciones novedosas.

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Imagen: Stephen Fulljames

Se debe procurar que los muñecos sean blandos y suaves al tacto y, sobre todo, seguros: que no tengan partes que se puedan desprender y ser tragadas por los niños, así como tampoco hilos o cintas con las que pudieran asfixiarse, que permanezcan limpios, etc.

3. Pelotas

Las pelotas son juguetes que siempre gustan mucho a los niños. En este momento del desarrollo, tienen el valor añadido de animar a los pequeños a desplazarse para alcanzarla en algún sitio donde él mismo la haya arrojado. Poco a poco, el bebé se lanzará al gateo.

Las pelotas pueden ser de plástico o goma, no tóxicos, y también de tela. Pueden incluir algún sistema para que funcionen como sonajero y estimulen al bebé a través del oído.

4. Bloques de construcción

Los bloques de construcción son muy motivadores para los bebés en esta edad. Se llevan las piezas a la boca, juegan y experimentan con ellas, disfrutan al apilarlas y luego al derribar las torres que ellos mismos han construido. De esta manera, ejercitan su motricidad fina, la habilidad manual, la creatividad y la imaginación.

Como estos cuerpos geométricos pueden tener diversas formas, tamaños, colores, materiales y texturas, los más apropiados para los bebés son los de plástico, esponja o, incluso, de cartón. Se pueden fabricar en casa de forma artesanal, con poliestireno o cartones de tetrabrik.

5. Una alfombra de goma EVA

Esta opción es parecida al parque o manta de juegos, pero con algunas diferencias importantes. En general, las alfombras de goma EVA ocupan una superficie mayor que los parques, de forma tal que serán útiles cuando el bebé adquiera mayor capacidad de desplazamiento.

Por otro lado, no incluyen sonajeros ni otros juegos incorporados, más que la posibilidad de encastrar sus distintas partes, a manera de gran puzle, una opción que el bebé podrá disfrutar cuando sea más grande. También es posible superponer el parque y la alfombra de goma EVA, para que el suelo sea más mullido y reducir el impacto de los golpes que pudiera darse el niño al caer.

6. Un libro para bebés

A los seis meses el bebé no sabe leer, por supuesto, pero eso no representa un obstáculo si se desea regalar un libro. Hay libros especiales pensados para bebés en esta etapa, en la cual los niños lo usarán como un juguete y se familiarizarán con él: lo tocarán, lo llevarán a la boca, lo arrojarán al suelo y lo volverán a levantar, etc.

Por eso, en general, estos libros son de formato grande, con muchos colores, resistentes, con texturas diferentes y sonidos que se activan cuando se presiona alguna parte.

Por supuesto, los libros para bebés incluyen cuentos. Como explica la iniciativa «Nacidos para leer» (Nascuts per llegir), del Colegio Oficial de Bibliotecarios y Documentalistas de Cataluña, contar o leer cuentos a los bebés «es una actividad que ayuda a mejorar la relación entre padres e hijos, estimula el placer de escuchar, imaginar y crear y desarrolla el gusto por aprender». De esta forma, se favorece el desarrollo cognitivo y la afición por la lectura en los pequeños.

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