Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 13,4 millones de niños y niñas nacen de forma prematura cada año, es decir, antes de las 37 semanas de gestación. De estos bebés prematuros, cerca de 900.000 fallecen por complicaciones derivadas del parto, y casi la mitad de estas muertes ocurren en las primeras 24 horas.
En España, son más de 20.000 los peques que tienen un nacimiento adelantado (6 %) y en los últimos 20 años se han incrementado un 200,4 % los nacimientos de grandes prematuros (nacidos antes de las 32 semanas de gestación). Los avances en neonatología han permitido aumentar su supervivencia. Sin embargo, como comentan los pediatras, “hasta el 40 % de los bebés prematuros siguen teniendo riesgo de presentar algún tipo de secuela que podría afectar a su calidad de vida y a la de sus familias”.
Para todos ellos, organismos como la Fundación Europea para el Cuidado de Prematuros (EFCNI) o el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal (IESMP) piden la llamada “separación cero”. ¿Qué significa?
Qué es la ‘separación cero’
El término “separación cero” alude a minimizar o eliminar cualquier separación innecesaria entre la madre y el bebé inmediatamente después del nacimiento y durante el mayor tiempo posible. Y si ella no pudiera, dejar estas primeras atenciones para el padre o un familiar cercano del recién nacido. Incluso en diversos hospitales hay voluntarios (madrinas y padrinos) que se prestan a hacer el contacto piel con piel con prematuros.
La expresión “separación cero” tuvo mucha relevancia durante la pandemia, cuando muchos bebés nada más nacer fueron separados de sus madres infectadas de covid-19 para protegerlos de la nueva enfermedad. Y en nuestro país, incluso, se llegó a prohibir la presencia de un acompañante en muchos partos. Además, la mayoría de las unidades neonatales de todo el mundo adoptaron una política de separación, limitando o prohibiendo el acceso de los padres durante periodos de tiempo prolongados. La campaña global ‘Cero separación ¡Juntos por un mejor cuidado!’ puso de manifiesto el valor de la “cero separación” entre padres y niños prematuros y enfermos.
Pero la filosofía y el enfoque de “separación cero” no surgió en 2020. Fue desarrollado por el doctor Nils Bergman, pediatra sudafricano conocido por su trabajo desde hace décadas en el campo de la salud materno-infantil, particularmente en el cuidado de los recién nacidos y los bebés prematuros. “La separación cero entre la madre y el recién nacido debe mantenerse a toda costa dentro de los servicios de salud”, decía en 2014 en esta investigación. “El contacto piel con piel es la antítesis de dicha separación; el cuerpo de la madre es el lugar de cuidado biológicamente ‘normal’, confirmando mejores resultados tanto para bebés sanos normales como para los bebés prematuros más pequeños”, afirmaba entonces.
Efectos de la separación madre-bebé
Y es que la separación entre el bebé y su madre (o un cuidador adulto) puede causar problemas en la salud y el desarrollo de los recién nacidos. Y más en el caso de los bebés prematuros. Como apunta Bergman, aumenta la mortalidad y el riesgo de infecciones y produce cambios epigenéticos, alteración de circuitos neurales y adaptación del neurocomportamiento que contribuyen a problemas del desarrollo, aún en presencia del resto de cuidados tecnológicos óptimos.
Pero también puede impactar en la salud mental de sus madres y padres. De hecho, como recuerda un estudio realizado por la Fundación NeNe (Fundación de ayuda al recién nacido con problemas neurológicos), las madres de bebés prematuros presentan con frecuencia problemas de salud mental, como ansiedad (42 %), depresión (38 %) y estrés postraumático (45 %), cifras mucho más elevadas que entre las madres de niños nacidos a término. Además, en el mismo informe también se señala que el ingreso de un bebé prematuro en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) puede producir sentimientos de conmoción, culpa, miedo, tristeza e impotencia en los progenitores.
Beneficios de la ‘separación cero’ para los prematuros
En cambio, los beneficios de la “separación cero” en los bebés son múltiples. Ellos necesitan estar cerca de sus madres o cuidadores: es esencial para su bienestar físico y emocional. Y diversas investigaciones lo confirman de forma especial en los casos de bebés prematuros, grandes prematuros o de bajo peso al nacer.
Así, una revisión de Cochrane de 2016 encontró una reducción del 40 % en la mortalidad entre los bebés con un peso al nacer por debajo de 2.000 gramos que recibieron estos cuidados, en comparación con el cuidado convencional en incubadora. Pero, la mayoría de los estudios en esta revisión comenzaban el contacto piel con piel cuando los bebés estaban estabilizados.
Para comprobar si ese beneficio también se produce si se practica inmediatamente después del parto, sin esperar a que el bebé se estabilice, se realizó este ensayo en Ghana, India, Malawi, Nigeria y Tanzania coordinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Como se vio en el ‘Estudio i-KMC (MMC-i)’, las unidades donde se llevó a cabo la no separación de madre y recién nacido tuvieron un 25 % menos de mortalidad a los 28 días de vida y se registró un 35 % menos de incidencia de hipotermia y un 18 % menos de sospecha de sepsis en comparación con los bebés de control atendidos en las UCI convencionales.
Pero las investigaciones continúan. Por ejemplo, hay otro estudio de contacto piel con piel inmediato entre padres e hijos (IPISTOSS), iniciado en Suecia y Noruega en 2020 y que continúa activo, que ha seguido ya a 150 bebés prematuros inestables nacidos entre las semanas 28 y 32 de gestación. Su objetivo es investigar el efecto del contacto piel con piel cuando se inicia nada más producirse el nacimiento y se centra en la estabilidad cardiorrespiratoria, pero también en otros aspectos como la salud y el desarrollo de los bebés y la experiencia de los padres.
Piel con piel desde el minuto cero
Las directrices antiguas de la Organización Mundial de la Salud recomendaban el método madre canguro con sesiones cortas e intermitentes, si el estado del bebé empezaba a estabilizarse, y de forma continua, cuando ya estaba totalmente estable. Pero ante las investigaciones más recientes y los resultados del Estudio i-KMC (MMC-i), en noviembre de 2022 la OMS publicó una ‘Guía con nuevas recomendaciones para el cuidado del bebé prematuro o bebé de bajo peso al nacer‘, entre las que se incluye el contacto inmediato piel con piel para mejorar la supervivencia de estos bebés.
“La mejor manera de cuidar a los bebés recién nacidos con bajo peso al nacer, incluso en países de ingresos altos, es a través del contacto piel a piel continuo con la madre, en una unidad de atención madre-recién nacido que brinde cuidados y tratamiento médico para ambos”, aseguraba el doctor Bjorn Westrup, del Instituto Karolinska en Suecia y experto técnico de la nueva guía de recomendaciones.
➡️ Separación cero para bebés prematuros en España
Sin embargo, cambiar el paradigma de separación, aun siendo una imperante necesidad de los bebés prematuros para proteger su salud y aumentar sus posibilidades de supervivencia, resulta complicado. También pasa en España.
En la actualidad, en nuestro país no se hace de forma habitual la separación cero inmediata en prematuros. Por lo general, se siguen las recomendaciones anteriores que suponen estabilizar al prematuro o bebé enfermo en la incubadora y, a las horas o días del nacimiento —según la gravedad y según el hospital—, empezar a hacer el método madre canguro. Y partir de ahí no siempre es una separación cero real.
En algunas maternidades, “la mentalidad separación cero ya va calando profundo”, comenta Carmela Baeza, médica, consultora de lactancia certificada (IBCLC) y coordinadora de Formación Lactancia y Salud Mental del IESMP. Ocurre en los centros donde se animan a las madres y familias a permanecer junto a sus bebés en las unidades neonatales día y noche, proporcionando espacios y apoyos adecuados.
En otros muchos hospitales la unidad neonatal está abierta 24 horas, pero no se proporcionan ni los medios físicos ni el apoyo emocional y práctico para que las madres hagan el método canguro. “Comentarios como ‘vete a casa a descansar’, ‘nosotros cuidamos a tu bebé’ o ‘no puedes hacer nada por él ahora mismo’ nos muestran que la mentalidad está aún por cambiar”, apunta la experta. Y también hay centros que siguen con horarios y restricciones.
➡️ Cómo implantar la ‘separación cero’
Para la doctora Carmela Baeza es fundamental que la “separación cero” sea una realidad para todos los bebés. “Es cierto que hay algunos casos en los que puede no ser posible hacer piel con piel inmediato por la gravedad de la madre o del bebé, pero estos cuidados madre canguro deben establecerse en cuanto sea posible. Cuanto más prematuro es el bebé o más enfermo está, mayores son los riesgos de la separación”, manifiesta. Para ello, cambiar el paradigma de separación requiere de varias acciones:
- Conocer los datos científicos que sustentan este cambio de paradigma. “Tanto los profesionales sanitarios como las propias familias deben tener la certeza de que el piel con piel inmediato y la separación cero son el estándar para el cuidado de sus prematuros”, señala. De ahí la campaña Separación Cero del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal y el Plan de Parto Prematuro Separación Cero con el que las familias pueden pedir lo mejor para sus bebés.
- Formar a los profesionales para que puedan llevar a cabo este cambio.
- Abrir las UCIs neonatales y caminar hacia la creación de Unidades de Cuidados Intensivos madre-bebé. “Hay que abrir el espacio de los espacios neonatales a las familias para trabajar juntos, dejando que realmente sea la madre el lugar de los cuidados”, concreta. “En las incubadoras mueren más bebés y pueden tener más dificultades emocionales. Suena duro decirlo, pero la ‘separación cero’ salva vidas, por eso tenemos que cambiar el lugar en el que se realizan los cuidados, no los cuidados”, concluye.
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