Trastornos ovulatorios: causa de infertilidad

Los trastornos de ovulación son responsables del 21% de los casos de infertilidad femenina
Por Marta Vázquez-Reina 27 de abril de 2012
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Imagen: Andrea Guerra

Los ciclos menstruales irregulares o su desaparición espontánea son síntomas que pueden alertar a la mujer de un posible trastorno ovulatorio. Estas disfunciones pueden afectar de forma notoria a la fertilidad y, según la causa que las provoque, requerirán un tratamiento más sencillo u otro más especializado, desde un cambio de hábitos hasta la donación de ovocitos.

Alteraciones ováricas: síntomas más frecuentes

Tal como apunta la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), los trastornos de la ovulación son responsables del 21% de los casos de esterilidad femenina. En algunas ocasiones, este tipo de desórdenes dan lugar a unos ciclos de ovulación irregulares y, en otras, a la ausencia total de ovulación. La consecuencia es un incremento de las dificultades para concebir y, por tanto, una disminución de las probabilidades de quedarse embarazada.

Aunque el diagnóstico de una disfunción ovárica debe darlo el especialista tras efectuar las analíticas y pruebas pertinentes, la propia mujer puede identificar algunos de los síntomas más frecuentes que evidencian irregularidades en su ciclo ovulatorio:

  • Ciclos de ovulación muy cortos y menstruaciones muy frecuentes (al menos, cada 21 días).
  • Ciclos muy largos y menstruaciones poco frecuentes (cada 35 días o más).
  • Ausencia del periodo menstrual durante más de tres meses.
  • Menstruaciones muy largas y con hemorragias muy abundantes.
  • Menstruaciones muy cortas y con hemorragias ligeras.

Causas de la disfunción ovulatoria

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica este tipo de disfunción ovulatoria en tres grupos, definidos según sus causas:

  1. Fallo hipotalámico-hipofisario: representa un 10% de los trastornos ovulatorios e incluye los diagnósticos de amenorrea (ausencia de menstruación de más de 90 días) causada por el estrés, el ejercicio físico extenuante o la pérdida o ganancia de peso excesivo.
  2. Disfunción hipotálamo-hipofisaria: es el trastorno más frecuente y supone el 85% de las alteraciones ovulatorias. En la mayoría de los casos, se corresponde con un diagnóstico de síndrome de ovario poliquístico (SOP).
  3. Insuficiencia ovárica: en este grupo se engloban entre un 4% y un 5% de los trastornos de ovulación, debidos en general a un fallo ovárico como consecuencia de la edad avanzada u otras causas prematuras.

Tratamiento de los trastornos ovulatorios: uno distinto para cada fallo

1. Fallo hipotalámico-hipofisario

Cuando el trastorno ovulatorio esté causado por aspectos relacionados con el estilo de vida (10%), se puede tratar y corregir sin excesiva dificultad. El objetivo de los tratamientos es variar las condiciones o los hábitos que provocan los desarreglos en la ovulación. Cuando la disfunción se debe a trastornos alimentarios que implican una pérdida o ganancia excesiva de peso, se intenta restablecer el peso normal y poner en práctica unos hábitos alimenticios saludables. Cuando el origen radique en las situaciones de estrés o en el ejercicio físico excesivo, bastará con reducir los niveles de estos.

2. Disfunción hipotálamo-hipofisaria

Si el trastorno ovulatorio y los consecuentes problemas de infertilidad están causados por padecer SOP (85% de los casos), se requiere un tratamiento médico especializado destinado a regular el ciclo reproductivo y a controlar algunos de sus principales síntomas, como la obesidad. De hecho, tal como recogen las recomendaciones de la Sociedad Española de Fertilidad, la pérdida de peso mediante la dieta y el ejercicio supone indudables beneficios para restaurar la fertilidad y «debe ser considerada como un tratamiento de primera línea en mujeres obesas con SOP que consultan por infertilidad de origen anovulatorio».

3. Insuficiencia ovárica

Cuando el trastorno de ovulación está causado por una insuficiencia ovárica, ya sea prematura o en edad avanzada, los especialistas indican que la técnica de reproducción más indicada para las pacientes es la donación de ovocitos. No obstante, tal como recoge el «Tratado de Reproducción Humana para Enfermería» de la SEF, «se puede intentar el tratamiento con inductores de la ovulación, pero únicamente en los casos en que se espera obtener alguna posibilidad de éxito, sin empeñarse».

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