En establecimientos hosteleros, cines y empresas suelen fijarse en las paredes de los baños unos dispensadores de papel que en su interior albergan grandes bobinas de este material con las que secarse las manos.
Su instalación es sencilla, van fijados a las paredes con unos tornillos. Para colocar uno de estos dispensadores debe tenerse en cuenta la altura media de las personas que lo vayan a utilizar para calcular a qué altura se realizarán los agujeros con el taladro, en los que se insertará unos tacos con los que fijarlo a la pared mediante unos tornillos.
Tal vez la instalación de estos dispensadores no sea muy útil en un baño convencional, pero sí que pueden sernos de gran ayuda en el garaje o en la huerta o jardín, donde nos podremos limpiar cómodamente las manos sin ensuciar en exceso nuestras toallas.

