Aunque no sea el formato más común que presentan las baldosas, éstas pueden ser rectangulares y se pueden utilizar para recubrir el suelo de una manera sencilla. De esta forma, se colocarán unas junto a otras, como si de losetas cuadradas se tratara.
Ésta elección es eficaz sobre todo en los pasillos, donde se disponen verticalmente para alargar visualmente la estancia u horizontalmente si se trata de conseguir el efecto contrario. No obstante, una forma original de colocarlas está en conformar una zeta con las baldosas, cruzándolas, para crear un enlosado no uniforme que destaque frente a los tradicionales cuadriculados. Esta manera de ubicarlas puede parecer más complicada, pero si sigue un patrón correcto no habrá excesivos problemas.
Así, no es necesario del todo continuar un patrón predeterminado, ya que es probable que las esquinas no casen, por lo que una distribución entrecruzada y aparentemente sin orden, también resulta efectiva.