Antes de proceder a la tarea de pintar una pared es necesario prepararla para que pueda recibir la pintura y ésta no se descascarille o no llegue a fijarse.
Lo primero que ha de hacer es retirar los tornillos y tacos que pueda tener la pared, siempre y cuándo no tenga pensado volver a utilizarlos. En caso contrario podrá dejarlos. También puede ser necesario que retire los apliques de los interruptores o las lámparas de pared.
Si ha tenido que retirar los tacos y observa grietas o irregularidades, deberá lijar la pared y repararla con masilla. Limpie todo el polvo que haya podido aparecer tras el proceso de reparación de la misma para impedir que se fije a la pintura que decorará la pared. Si el paño tiene manchas o está muy sucio deberá limpiarlo con agua y jabón, porque puede que esas manchas no llegue a taparlas o disimularlas ni la propia pintura.
Una vez haya completado el mencionado proceso podrá comenzar a pintar la superficie con el color elegido.