Imaginación y gasto mínimo

Un económico mueble rústico puede llenar de distinción cualquier ambiente clásico
Por EROSKI Consumer 4 de abril de 2002

Rodearse de un ambiente agradable, acogedor y hacer de tu vivienda ese lugar donde tanto te apetece estar una vez finalizada la jornada laboral es bastante más sencillo de lo que parece. Con poco dinero y una gran dosis de imaginación, decorar los rincones del hogar es pan comido.

Por ejemplo, un elemento de detalle que no supone un gran desembolso pero que llena la estancia del hogar es la mesa camilla. Además, tiene la ventaja de que se le puede dar vida cada cierto tiempo cubriéndola con telas de colores vivos que resalten mucho. También se puede colocar encima de ellas una lámpara de sobremesa, un centro de mesa adornado con flores secas de colores muy intensos, un par de figuras o velas de todos los tamaños y tonalidades.

Distinción

Para acabar con la monotonía, puedes romper un poco con el estilo dominante de tu hogar introduciendo un objeto o un mueble que nada tenga que ver con todo lo demás. De esta forma, el toque de distinción está asegurado. Puedes sorprender combinando el estilo clásico con un elemento rústico o, si tu casa está decorada en estilo moderno, sacar a la luz ese mueble antiguo que estaba arrinconado en el desván.

Para tu mesa

Si la mesa de tu comedor o tu cocina no acaban de convencerte, puedes alegrarlas colocando en ellas un centro de mesa. Cuentas con miles de formas y tonalidades para adornarlas según tu gusto. Madera, cristal, arcilla, plástico… todos son preciosos. Únicamente has de tener en cuenta que no debe ser muy grande y aparatoso y que su altura tampoco ha de sobrepasar los 25 centímetros. Si es más alto, puede molestar a la hora de comer.

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